e Jan
ANDES - LIDE
grados. El líder de la favela caminaba por los callejones de Manguinhos, y todos a
el barrio, asegurándose de que todo estuviera en orden, al igual que sus cómplices. Después de todo,
gas, ya que sus clientes esperaban ansiosamente sus mercancías. De vez en c
su entorno, hasta llegar a la casa del usuario. Sin muchas formalidad
do, tu
respondió algui
dinero y se lo entregó al hombre, quien contó antes de entregar la d
un baile funk, y Nico ansiab
taba completo y él estaba li
an en la sala. Todos saludaron al jefe, y Nico, con la
nero, manténganse en
de dinero. Tenía que destinar una parte a sus leales camaradas, pero la m
entre los presentes,
más tarde, verdad? - pr
osamente y respond
hicos. Hicimos un buen
onrisas y se despidieron de Nicol
u vida, llevando una buena vida, y todos sus colegas decían que el dueño de la favela
n sus labios y el moreno fue al baño para darse una ducha. Quería estar fragante
res, una imponente y hermosa mansión, la mejor conservada de la favela, sin duda alg
fuertes brazos llamaban la atención. Con la barba recortada, sus ojos color miel eran hipnotizantes para las mujeres. A sus treinta años, mantenía u
, que adoraban a los hombres encantadores e inteligentes. Tenía un don para c
e lo esperaba. Para rematar, aplicó un nu
fiesta ya estaba en marcha. Las luces de colores parpadeaban por t
de la noche. Nicolás se acercó sonriendo y se unió a sus
ailando y mostrando su
mujeres, mientras daba sorbos a su cerveza, incapaz de d
mbres y mujeres tocándose, allí mismo
ar sus cuerpos unos contra otros, algun
de piel más clara se acercaron al líder de la barr
cían juntas,
perfecta, ¿eh? ¿Quier
as aplaudieron y sil
tería, ¿eh, colega?
or el pelo del hombre, que era un poco largo, mientras l
un gemido y l
s, vamos,
a la pista de baile. El líder del tugurio comenzó a mover su cuerpo y las mujeres pasaron sus manos por el cuerpo del hombre
con las manos los pezones de la otra mujer a su lado, que dejó escapar un gemido. La morena chupó con fuerza lo