l bolígrafo antes de depositar el f
es mi paciente. - Mi respuesta lo
eligente, doctor Bertoni. Cerré la m
aminé hacia ella, preocupada. - Me duele un poco. Y antes de que dij
incómodo el hecho de que ella le agradara. No haría eso por cualquie
ta el. La miré atentamente. - No con
y se acercaba. - Siempre lo tomo.
to ahora vine aquí precisamente por esta razón. Para liberarte, pero aú
olvió, haciéndome sentir feliz por ella también. - Gracias - se acercó -
a ayudar a la gente. Con unos cuant
,90 centímetros. - Es tan alto que tu novia es una mujer con suerte.
mientras terminaba de arreglarme. Las enfermeras me entregaron mi ropa limpia y seca, apenas me dieron el
habitación después de soltarme, parecía como si estuviera huyendo de mí. Estaba sentada en la cama, es
lidad, ya que fue el propio director
lejandro me dio una semana de licen
apagó - Pudo haber sido cualquiera de nosotros. Seguí donde ella se
s ojos. Quería tomar cada uno de ellos y ponerlos en un frasco pequ
su trabajo, sus obligaciones, sólo para poder venir a mí un momento y mostrarme hermandad. Sentí el cariño y respeto de cada uno de ellos, a
Sólo estuve un día aquí y me h
aminarme me aseguró que algún día mis recuerdos volverían cuando el trauma hubiera pasado. Le creí en cad
Pensé que al menos estaría aquí para despedirme o desearme un buen
yuno, esperándome. Los abracé y agradecí a cada uno de ellos, prometi
edí. Un auto negro se detuvo a nue
, tomando las cestas de mis manos
s míos, sin creer lo que estábamos
ó de la mano y me arrastró hacia
protestar. Entró enseguida y se pu
que atravesamos las puertas. -Vine
preocuparse, hazle saber que estoy
a ni demandaré al hospital. Me mir
ue por eso te llevé? Asenti. - Sí,
¿Qué debería pensar? Él simplement
a la cabeza. - No lo dijo, pero sí,
te? Saqué mi celular de mi bolso y
de fruncir el ceño. - ¿Algún probl
lemas con el barrio? El nego. - No el barrio, sino el barrio. ¿Vives en
z idiomas diferentes. Santo cielo. ¿Es serio que tenga que darle este
él simplemente me atendió en el
hacia la ventana y ver los autos pasa
había mantenido en secreto. El silencio reinó dentro del auto por unos segundos, hasta que rompió el a
na de odio. - ¿Por qué quieres saber de mi relación con Salvani? ¿Tiene
rando el asunto. La conversación entre él y yo ya estaba tomando un camin
frente de la casa que había alquilad
ca mismo. Bertoni bajó del auto con
és de fnalmente ayudarme con el úl
a a él con una botella de agua en la mano. - No, gracias - Su mirada
es diminuta, en la sala de estar solo cabía un sofá individual de dos pla
, probablemente era el único lugar de la casa donde tendrías