o seguía teniendo la misma emoción de los primeros días. Su atracción hacia ella no paraba de crecer. Era consciente que su admiración iba más allá d
su inigualable talento para continuar como cantante y pianista después de que se viera obligada a retirarse de Los Cuarenta, algo que todos los que cumplían diez y nueve años estaban obligados a hacer. Con escasos diez y siete años, aún tenía dos antes de que llegase ese momento, pero no estaba segura acerca de las actividades que podría desarrollar en su tiempo libre. Con el pasar de los días, a Esteban le venían cada vez más seguidos esa clase de pensamientos. Creía que la felicidad no podría ser eterna; que el hecho de que se hubiera juntado todo para llevarlo a disfrutar de un estado en el que nada le faltaba, en algún momento tendría su final. Algo se atravesaría en la vida de alguno de los dos, o por qué no, en la manera exitosa como Los Cuarenta venía ev
e de pensamientos para el momento en que su a
ablando... –el saludo de Andrés ven
le pasó a su novia –dijo
el rostro del joven cantante de
e paso a m
ró el brazo indicándole la cama que e
Es g
steban sabía que lo mejo
–Andrés se acababa de sent
aron para que Andrés se pusiera de pie y diera un par de pasos hacia la salida. Esteban reaccion
, y está bien, no le pasó nada –ante la evidente preocupación de André
le está pasando a este mundo –dijo un Andrés un poco má
ijas al notar cómo su compañero de habita
esta pelada en el lobby, sí vi salir a la
ero de qué pela
ba a contar cuando llegu
es bien
de Andrés abandonaba lentament
resultó habl
ués de dejar a Patricia en su cuarto, y
a a la una de la ma
o algo de tomar, ella creo q
cantante
mamá... y le dio por ponerse en esas..., no sé..., per
Patr
Andrés mientras empezaba a camb
a... –Esteban recordó todo lo que había sufrido Andr
te es que... Natali
ta pudo notar la indecisión en la
o se vaya a tirar l
, lo de hoy fue solo un pequeño y refrescan
ás de tres años, y sabía perfectamente que el interés que Natalia de Lima había despertado e