se siente más mareada y con ganas de vomitar. Su estómag
e en estos momentos-. Recuerde todo lo que le enseñé, si se resiste puede ser peor. Es mejor que se acostumbre a estas órdenes, el se
e la ha comprendido y cuidado desde que nació es el claro e
entre ellos, es más, está aterrorizada solo de imaginar qu
custodiada por dos hombres armados y cara de malos-. Debe d
es aprovecha ese corto tiempo para acomodar su larga cab
hace un asentimi
de que pueda reaccionar, uno de los guardias
de se estremece como si una ola de frío la tomara por sorpresa. Las puertas dobles se abren y la jov
piración agitada. Tampoco osa levantar la vista para ver dónd
urante unos minutos hasta que finalmente oye los
midada por el corpulento hombre frente a ella. Él es demasiado grande y alto, mientras que ella es muy peq
sta sus codos. Adelaide no puede evitar detallar su cuerpo bien formado que resalta a la perfección bajo esa casi transpar
y austero. Y su aroma embriagante y masculino no pasa desapercibido para A
él a su espalda. La joven se sobresalta y
sponde ella en un hilo de voz grave.
él colocándose delante de ella. Adelaide niega con un nudo en la garganta-. Me gustaría
os temblorosos, mientras Egil sigue sus movimiento
que ella sea hija de Bahram Valencia; va a tratarla tal como a una mujerzuela o peor, después de todo, ella es de su propiedad ahora, su propio padre la entregó
casi totalmente desnudo a Egil. Por un momento siente ganas de taparse,
a en sus pechos que son firmes y bastante generosos. Por lo demás, es tan delgada que podría hacerla ped
ue suele estar son mucho más hermosas que ella y saben cómo complacerlo; sin emba
on voz firme. Ella lo hace lentamente, tománd
spalda baja y la empuja contra la pared
de Adelaide por la impresión. ¿Acas
, excepto a la señora Amaranta, con esos rasgos que le parecen hermosos y exóticos. Las mujeres de aquí son en su mayo
za entre sus dedos y la jala hacia atrás, arqueando la
vitar emitir algún quejido de dolor, mientr
rimero, luego con más agresividad, lento nuevamente y agresivo de nuevo,
y desagradable puede causar satisfacción.
interior -Pide él sin d
él pilla su intención y se lo quita de un tirón. Abre sus piernas
e pasa desapercibido, pero sabe que esas lágrimas no son de dolor porque en realidad él no la está lastimando, es simplemente un llanto de resignación y eso