, se vistió con rapidez y fue a buscarla al comedor. Ella estaba ahí parada como siempre con

he... -Su tono de voz era distinto,

que estabas muy cansada. -Le lanzó u

ía, no quise

de siempre, aquí vamos, han sido días

e voz tan dulce y meloso. -De verdad que me es pesado verte enojado en ocasiones y no poder hablar sobre el tema porque discutimos por cualqui

ntida. Cada que se disculpaba por no dejarlo tocarla, siempre estaba molest

dríamos, pero por alguna razón no fuiste por mí como lo

ó, dulce y tierno, sus labios presionaban con suavidad los de él la miraba sorprendido deleitándose en sus besos, algo se le revolvía en las entrañas, un fuego que creía extinto, la tomó de la cintura pegándola a su cuerpo,

sucede cariño? -La miró impresionado y ella se sonrojó, sus mej

r lo de ayer, sé que han pasado meses en los que no ha pasado nada entre nosotros porque te rechazo,

ba de verla, su bata se había abierto ligeramente dejando ver parte de su bien formado busto y sus torneadas piernas, la miraba con deseo, ella se dio cuenta y se sonrojó otra vez, la cerró y se levantó de la silla ap

n? Creí que ya

por tenerte una vez más solo para mí.

a y abrió su bata, él la miraba embobado-

mo lo has hecho últimamente. ¿Por qué dices

os, pero a veces eres insoportable y odioso, me sacas de quicio. Ya no eres detallista, de todo te enojas y

igo. Yo también te amo, pero no tienes un carácter dulce y hermoso, simplemente ayer parecías un dragón enjaulado ¿y hoy esperas que todo esté perfecto? -Se levantó de

día terrible. No quis

me esfuerzo, que soy grosero, que soy mal esposo, me re

idas en la tarde a Central Park, las fiestas a las que íbamos juntos, tenerte entre mis piernas, pero no sé, ahora siento que el maldito mundo va lento, me siento ahogada en trab

dado todo? -Se le acercó y le frotó los hombros, lo m

en quien refugiarme, con quién contar en cualquier momento. Anoche que me tocaste me dio miedo estar contigo, me

luación que hacer. -Fred dio

con fuerza y dejó de llorar, se sentía re

blema. -Sacó el teléfono de su saco y marcó, ella lo miraba impaciente y suplicante, desp

una co

desp

quiero recuper

s desconocida

la noche, trabó de su cuello y le dio un beso en la mejilla y le susurró -te me an

desabotonaba la camisa. Se quitó el saco y lo dejó caer en la silla mientras ella lo hacía caminar en reversa hasta llegar

haces lo que quieres de mí cuando te da la gana». Estaba perdido entre sus pensamientos y lo que sentía, ella se deleitaba con su aroma, lo tenía completamente desnud

a tanto sentirte. -Comenz

Sus uñas se clavaban en su pecho y hombros haciéndolo gemir de dolor

e vuelve

aba sus uñas en su espalda mientras la embestía con fuerza, pronto se acoplaron al ritmo. Fred le

estaban perdidos en el otro disfrutando cada movimiento. Rose quiso algo salvaje y mordió a Fred e

ndice por la húmeda intimidad de Rose deslizándolo hacia sus pechos, dibujando caprichosas figuras en su vie

ndola a su pecho y mirándola con ardiente deseo, la besó metiendo su lengua en su boca, ella tiraba de su cabello y le arañaba la espalda. Bajó con luju

la miraba hechizado, deleitándose en su placer. La sostenía por la espalda con la mano derecha y con la izquierda toqueteaba

como si no hubiera mañana, entre besos, caricias salvajes y miradas pícaras termina

rte así, aunque tu cabello me ahoga. -Recogió su espesa melena y la puso de

hace mi

a mirándola con ardiente deseo- te ves mu

ro que me beses otra vez -acercó su cara y el

am

o a

ron cuando

la aventado sonrió emocionada-Por fin juntos de nuevo-. Em

piel negra con hojas escritas a mano y fotografías caseras de los platillos. Miraba ansiosamente un platillo que sabía

se, tenía el cabello alborotado y seguía en

o esta lasaña, pero a usted le que

guiño, se dirigía a su recámara cuando pareció recordar algo y se d

o de que el señor esté aqu

puedes ir a comprar los i

ero ¿está todo bien? Vi un florero roto en el piso.

accidente. Gracias por lim

or las

cias