la me trae comida y bebida, y aunque me rehuso a probar bocado continúa insistiendo para que lo haga, a lo único que accedí fue
uiera sea abusar sexualmente de mí. Pensar en ello me paraliza, no dejaré que me use como su juguete sexual, antes prefiero mor
hados de tanto llorar, y enormes ojeras. Caminó hasta la alcoba, de repente doy un salto asustadiza, cuando v
rriba a bajo,–Es bueno que estes acatando mis órden
quí?– pregun
lo desee.– se pone en pie y se acerca despacio a mi. Mi resp
an nerviosa.–sonríe frívolo, sube su man
ted me da asco– intento correr de vuelta al baño, pero rápidamente me agarró por el br
nto llena mis fosas nasales, es una mezcla de menta y tabaco.
in duda era un hombre guapo, sus cejas pobladas, labios carnosos, buen perfil y sus ojos intensos, todo su rostro era perfec
o mi minuciosa observación. Puedo
nada.–
comer,–
ero.– m
morir de hambr
de hambre, voy a morir aquí, encerrada en
n!, muere.–da vuelta y
¿Qué quiere de mi?.–inter
mi con una leve sonrisa en
ntó.–trató de disimular el
és de todo soy tu dueño y cuando desee hacer alguna de las cosas que rondan
es un enfermó!.– me
s vamos a divertir mucho, ¡bueno!, tal vez yo me divierta más que tú, pe
exuales, ¿verdad?.– mis ojos se llenan de lágrimas. Él me mira fijament
.–estás equivocada niñita, tengo muchas mujeres que esperan desesperadamente por su tu
r de mi?.–No contesta nada, me mir
po de hombre que obligaría a una mujer a tener sexo.–escuchar eso me daba algo de tranquilidad.– además tengo mujeres hermosas, con clase y de muy buena posici
ras me llenaron de mucha rabia, cómo
quiere de mi?, Si soy tan poca cosa ¿por qué no me deja volver a mi basurero? Usted ya tiene muc
escucha bien. No vuelvas hablarme en ese tono, no ha nacido la persona que me hable así, si vuelves a hablarme de esa forma, haré que tragues cada una de tus palabras.– ame
o aterrorizada,
aré que salgas de esta habitación. podrás caminar por toda la casa, pero solo dentro, dependie
¿Qué quiere? Ha dejado claro que no le intereso en absoluto como mujer, aún así, no dejó de contemplar la
o consigo hacer crecer mucho más el miedo. Y recordar su mirada, me da escalofrío
ama. Miro mi piernas desnudas, ¡Dios! Lo había olvidado, todo este tiempo solo tuve puesta una Toalla corta, camino rápido hasta e
ntos y silenciosos, camino por un pasillo lleno de de habitaciones hasta llegar a unas escaleras que llevan hasta la pla
in que ellos se den cuenta de mi presencia, sigo caminando hasta llegar a un pasillo con más habitaciones, Esta casa parece un laberinto. Me detengo cuando escucho voces en
sa chica?– esa voz, estoy
.– contesta otra v
le daño?– pregu
ue le haría daño?,–
r daño.–abro mis ojos como platos al esc
o que puedo hacer y lo qu
aceptaste que te dier
nía dónde caer muerto, jamás pagaría l
no mataste a ese hombre?, tal como lo haz hecho siempre.– escu
a ofrecido a alguien
persona como pagó?, ¡creo que este lugar se l
!, déjame so
ente, déjala ir o al
silencio por
iempre y cuando ell
qué la
á algo, ahora déjame solo, no qu
ecibir a mi invitado, ya sabes
te preocupes ya
gila a Arleth no quiero qu
jó y corro hasta e
olía decir mi madre y tenía razón, el alma de Black es negra y tenebrosa como su mirada. Ahora debo buscar una salida, tengo
a voz a mi espalda, asustada me gi
n recorrido
avid te ve aquí se pondrá muy
n me dio per
iento con la cabeza.–Bien en ese caso,
la espalda y camino en
sta, vuelvo a retomar mi camino hacia el salón prin
la puerta mirando hacia atrás para corroborar que nadie me vea, volteó hacia el frente para salir corriendo, y de repente choco con fuerza contra algo, levantó la mirada para ver de que s
a con amabilidad, su voz es fuerte pero
equeña sonrisa–disculpe tengo que i
una sonrisa, da un paso a un la
doy otor paso, pero antes de que pueda ava
egaras tan pronto.–es David Black,
tual.–contesta el hombre de ojos color
ces a mi nueva h
ruzar un par de palabr
dónde vas con tanta prisa?– escucharle menci
uardo silencio y volteo hacia do
ue me llevó a la habitación el primer día. No tardó en llegar como un perro fiel. –Marcos, me puedes decir, ¿Q
ta escusadose, por mi lado no sé qué hacer, no pu
r acompaña a Jac
páñeme señor Jacod.–lo in
justo, tengo un vuelo para Londre
nzo en un momento.–dice mirando a Marcos y Jacod e
nta, mirándome con esa mira
ca, agarra mi mano con fuerza y me arrastra hasta llegar a l
e a preguntar, mientras ci
una pequeña risa sarcástica, camina hacia mí observándome
mí odio dejándome muy aturdida, tengo tanto miedo
odio que me traten como si fuera un Estúpido,– ruge,–ahora voy a volver a preguntar, y espero esta vez respondas con la verdad, ¿Qué demonios pensabas hacer?,– sisea con furia, no c
e era peor si seguía mintiendo, pero en este caso todo era p
o contigo solo si tú te comportabas bien, es decir, que obedecieras mis ordenes y acatarás mis reglas; pero ¡mira!, Acabas hacer todo lo contrario, entonces creó justo también r
ido por favor, no me hagas daño.–le suplico mirando fijamente su
rza hasta la cama, pongo resistencia p
cama, intento levantarme pero él se pone encima de mí, apoya una de sus rodillas en
favor no me lastimes.– pensaba que iba abusar sexualmente de mi. tapa mi boca con la mano qu
y te enseñare a tenerme respeto. –dice mientras aprieta mi mano con fu
contra mi boca, impidien
pen. Grito de dolor con todas mis fuerzas, pero Black hace más presión con la mano que tapa mi boca, obligándome a ahogar mi grito. El intenso y constante dolor s
y una mezcla de sentimientos dentro de mi, quiero gritar con todas mis fuerzas, pero no puedo desahogarme debido a que Black aún tiene su mano de mi b
r o musitar algún ruido, Black impone una señal de silencio, poniendo su dedo índice sobre sus labios, indicando que no quiere que haga ningún sonido. Trato de t
s para nada inteligente tratar de escapar cuando mis guardias no están vigilando la puerta, ya que tengo cámaras de vigilancia por toda la casa.–dice en voz ba
e sollozos. Me duele m
or David Black, no puedo dejar de sentirlo, algo en mi corazón se ha roto, ¿Cómo puedo seguir
contra la puerta y deslizo mi cuerpo hasta llegar al suelo. Sentada en el frío suelo, llorando desesperada sin ningún consuelo, ¡estoy vi
n esta fría habitación, adolorida y con el alm
.. no puedo contener mis lagrimas. Siempre dije ¡algún día seré una chica feliz!, pero era solo un sueño
er dulce, amable, sonríen de buen corazón, tal
nuevos anhelos, porque me encuentro aquí, sin salida, con la vida vacía. La tristeza profunda que se anida en mi alma, hace que yo me sienta muy sola y
recogen, dando fuertes punzadas por todo mi brazo. Entre del