, acatando todas sus órdenes, fingiendo que estoy a gusto con esta nueva vida, hasta le hago pensar que m
madre taladran mi cabeza, debe estar decepcionada, me he con
con su espada venenosa, la persona que solía ser e
e que estoy aquí, esa ventana inútil para algunos, para mi es mi única compañer
que conocía. Quisiera recobrar todo el esplendor que hubo en mi un día, resucitar a esa niña llena de luz y esp
u corazón, nunca volverá a ser la misma", tenias ra
veo parado en el m
, camina hasta llegar a mi, se queda parad
a desliza por mi brazo hasta llegar a mi mano, su roce me hace sentir algo incomoda, agarra con cui
nado.–digo mir
frente.–sugiere, volteó pa
la barba perfectamente afeitada, sujeta mi
doctor retire tus vendas, quiero que me acompañes a un lugar.– s
varás?– preguntó
damente mi rostro, no entiendo porque cada vez que me mi
do agarra mi brazo y hace que voltee de nuevo hacia el, me pega a su cuerpo. P
?– preguntó a
responde, soltando el
n, aún sabiendo que los resultados auguran ser catastróficos, aún teniendo en
acerlo, nunca antes he seducido a un
o por un short oscuro de tiro alto, un top color rosa y lo acomp
.. Bajo las escaleras, debo a
estar, hace una mueca de satisfacción, m
en su fisonomía que lentamente se acerca a mi, us
onil, quedando a pocos
, ¿Qué?
ta para sal
estaría?–preg
liento choca contra mi piel. El perfume masculino, mezclado con loción de ducha
a mirar mi rostro o eso
sa, todo esto es parte de mi actuación. Lo d
que mientes fat
–digo miran
¿vienes?– pregunta tendiéndome una mano, sus orbes se ens
ademán con los dedos, para indicarme que tomé s
casa, solo estamos él y yo, por supuesto Bl
dónde vamos? Me pregunto repetidamente. El silencio reina y el reloj con su resonante tic tac comi
e y oprime todo mi cuerpo, lo veo de r
ar?–pregunto romp
co.–contesta sin desvia
cómo acercarme más a Black
ios gastronómicos, más adelante un lago enorme al lado un restaurante campestr
repente, levanta su men
el volante y virando a la izquierda,
dispongo hacer lo mismo, pero me detengo cuando se inclina hacia mi,
as.. –
urante, puedo ver qué hay muchas personas, y debo admiti
pienses.– habla
me detengo qued
arcástica,– se perfectamente lo qu
Qué hay?– preg
nte, para intentar pedir ayuda y así conseguir escapar.– debo admitir qu
squido de tus dedos me encontrarías, entonces ¿qué sentido
por si se te ocurre, no está de más a
as,– ¿podemos ir a comer?, tengo mucha hambre.– queda sin palabras,
de lugar, se ac
es, ¿en qué
ra dos, con vista a
hasta La mesa, dejan el menú sobre la mesa–
a de el mejor ch
uida la
án?– pr
egunta apoyando el
ue solo se la toma c
a celebrar tu perfecta actuación.– es
é hablas.– digo tratando
o, hace unos días me gritabas hasta con la mirada el odio que s
tiendo!, enserio, trato de hacerlo; pero no lo logro... – tomó un respiro,– solo estoy tratando de llevar las cosas en paz, no quiero que me vuelvas hacer daño. Me he convencido de
r que esa corriente soy yo.– guarda silencio por unos segundos y continúa.– dime Arleth ¿hasta dónde dejarías que la co
de lo que pueda pasar, estoy jugando con fuego. Guardo silencio, no sé qué res
da asco, que lo odio y no lo soporto, pero recuerdo que debo fingir, fingir que
voy a decir lo crea o no, ya que por lo vi
ido– contesto esforzándome por ser muy creíble, pero no puedo mentir siempre he sido pésima coqueteando y mucho más ahora que es actuación. No dice nada,
orpresa, dejándome un gigan
eguntó disimuland
Arleth.. tus ojos nunca mienten,– suelta con palabras lentas,– y ni hablar del nerviosismo con el que aprietas tus manos.–quedo fría ante sus palabras.– pero no t
tás equ
y vivido muchas cosas, una niña como tú no logra engañarme
tienes razón,
e me dije, Arleth tienes que buscar el lado bueno de las cosas, evidentemente no hay nada bueno, así que la única
un romance o algo así?,– dice seductor,–porque sería lo único,
ste con el coqueteo haciendo esa pr
l era tu respuesta y ¿qué crees?, fue pésima,
cho que mi respuesta no fuera una actuación, te hubie
actuar, ya vez... te hecho c
ejor admite que me dese
ú eres una pobre chica de basurero que no me interesa en absoluto, solo me gusta la i
siseó en
ste?–pregu
ta que logro llamar la atención de algunas personas. Un incómodo silencio pe
o, dejando la cubeta con hielo y dos copas so
remos comer nada,– saca un pequeño monto de billetes y los deja sobre la mesa.–gracias
a, sé que está muy molesto y eso me da
a esta vez con voz más f
la que estaba sentada, me arrastra sin ningún cuid
abriendo la puerta del
éndole frente, me regala una de esas miradas q
ogrando que me sobresalte, con fuerz
motor y comienza a conducir, no dice par
s, sumado con su pasado. Dios!, tengo miedo de volver a su casa, tengo miedo de lo que me pueda hacer, ve
o fuera, el golpe contra el asfalto es muy fuerte, tanto que se me dificulta ponerme en pie; pero saco fuerza a ver qué Black a detenido el c
de la angustia, me echo a
itar.– ¡vamos hablar!– exclam
solo pienso en correr, correr hasta lograr esconderme de su furia, aunque sé
en un lugar boscoso, hago varias plegarias a Dios, pid
mo.– grita en el mismo ton
olor que se concentra mayormente en el tobillo de mi pie
o que ese hombre me pod
.– sus palabras sale
esconderme bajo unos arbustos frondosos, mi respira
que salgas ahora mismo.
puedo ver su cuerpo acercarse, relamo mis labio
blar, un temblor que se
te lo advertí.–
estoy aterrorizada, la desazón carcome mis entrañas, víctima del miedo no veo una raíz q
ré!– declama sonriendo
dolor es fuerte y desesperante, doy una ojeada rápida a mis p
rápidamente intenta agarrar mis piernas, pr
ío, protéjame de las garras del ene
fuera en un santiamén, puedo ver en su rostro satisf
– dice cargándome sobre su hombro como si fuera un costal de papas.– estoy mu
hogada en llanto, pataleando, lucho con movi
a en el asiento del copiloto a la vez que quita el cinturón de su pantalón,– te pedí que regresaras,– amarra mis manos con su cinturón, dejándolas in
ue me pidas; pero no me lastimes.
pone el cinturón de seguridad
a!, por favor
iedo, amordazada. Mamá!, ven d