arece mi jefe hasta que termina mi jornada laboral. Me lanza una mirada fulmin
livio; por lo menos no desperté a la bestia que habita en mi jefe.
s a las que despidieron resultaron ser infiltradas de algún empresario importante (con hij
a no estar comprometida, convirtiendo una cena de negocios en una cita a ciegas, mi jefe harto de todo ello fue que decidió cont
lo menos no cuando él estuviese presente. Logrando así llegar a los dos meses que Marcello di
irme de espaldas, y no era para menos, dado que todo el edificio pertenece a MediaCavalluci Inc, y por ende los e
i capaz de domar a esa fiera de ojos azules y por toda respuesta yo solo me limitaba a sonreír, dado q
junto para coordinar cierto tipo de eventos, por lo que cada mañana llegábamos juntos a la agencia, p
.
como a cualquier otro empleado? -inquiere, mientras me tiend
a que si ese hombre tuviese la oportunidad de vivir aq
ía invitar a un antro,
sa voz de mi jefe taladrando mis oídos. Mi departamento es horrible, pero y
e hace falta un roomie, ya tienes seis meses trabajando pa
oy a
ubicado en una buena zona y lo mejor
uiré pe
departamento, me hace falta platicar con alguien, también cocino delicioso. Si vives conmigo,
eres que me mude contigo -muerde su labio con coquetería, pero dado
verdad -se queja enfurruñado-. Mis vecinos están recolect
as que los malditos son de esas per
s por
or qué quiere
no... -Se aclara la garganta y prosigue e
ni loca comparto departamento. Imagínate que un día me levanto en plena madrugad
n pastelito, además, ya les aseguré que pronto tendría compañ
anlu
a -masculla, mirándome
aré, ¿es
ojos y cuando estoy por reñirlo continúa-, te aseguro que amarás ese departamento. Podrás encontrar cada pastelito e
o y, aunque lo niegue, eso que acaba de decir me está tentando bastante, por lo menos
o -expreso
or
café que Gianluca me trajo y, ahora que lo pienso desde que empezó a insistir con eso
Calvin Klein. ¡Ay, Dios!, si hasta de solo imaginarlo sien
imogénito de Satanás, lo hace insoportable hasta decir basta -
ue cada vez subo más de catego
te lanzo un pequeño chillido y levanto mi rostro para darme cuenta de cómo mi j
iere molesto-, yo dirí
scuchar, quejarme de usted -me
ecesito que cancele todos los pendi
ita muy impo
Lo necesito para ya -brama como perro rabioso an
licadamente con una almohada mientras duerme -l
r mal de él sale para escucharte -masculla Gianluca observando el trasero de mi j
sar a ese hombre te pod
e que si ese hombre tuviese un mejor ca
uviera mejor caráct
a negar que es
ro ese defecto de ser tan gruñón l
a, activando ese modo chismoso di
e mi jef
a, lastimando mis tímpa
de los mil demonios que se carga? En cambio, contigo y con el señor Marcello es bastante amable, he
pastelito d
yo -en cuanto escucho a mi jefe detrás de Gianluca escupo todo mi café, llenado mi escr
rfullo aterrada, cuando observ
tos que se te olvidaron y vámonos. Se nos
la agencia o hacer lo que el otro hombre le pide, abre su boca para dictar mi sentencia f
con el hermoso hombre que ahora debe de estar odiándome por decir sem
ta Bennett -se acerca a mí y con un pañuelo lim
lencio. Sacudo mi cabeza cuando una loca idea empieza a germinar en mi mente, pero cuando veo cómo el señor Marcello toma e
ianluca acercando su rostro a
nstante. Es mejor que olvides lo que te
antes de tomar los documentos y contonearse como toda una diva