intimidad de forma lenta y seductora, movió sus cader
o de su placer y lo succionó con fuerza, Ámbar se retorció mientras impulsaba hacia él las caderas, a aquellos sumó las rápidas caricias de sus manos y poco tardó en alcanzar un maravilloso estall
ía el placer que podría encon
para olvidarte del cura!,
on los ojos llenos de
reces un poco de cariño. -Se colocó de rodillas sobre el suelo, mientr
reciando su agradable olor... los movimientos ascendentes y descendentes de su mano, le arrancaron un l
lacer que lo recorría, era algo que nunca antes había experimentado, no con las jóvenes de su edad, por eso le encantaba que Ámbar fuese mayor y experimentada,
perar más-se
y buscando en los bolsillos, la protección qu
on mucha pericia, Matteo gimió y luego dejó escapar un largo suspiro. Ámbar se puso en pie y terminó de desvestirse-Sientate, Matteo-le ordenó, el chico asintió, Ámbar
ara apoderarse de sus senos, mientras Ámbar comenzaba los sinuosos movimientos sobre él, cabalgandolo, mostrándole lo enloquecedora que podrían resultar el movimiento de sus caderas, él se dedicaba a tocar, acariciar y estimular, descubriendo
s de comer algo, Matteo y Ámbar ha
e has vuelto loco Ámbar, me encanta tu manera de follarme-ella sonrió c
nicio de noche, de una larga jornada sexual, habían descubierto lo que les complacía, la manera en la que debía
iando extender aquella experiencia, au
pidamente la mejilla-tomemos una du
e es eso lo
a-sonrió a
e irse a la cama... y aquella experiencia le recordaba cuan delicioso era disfrutar del buen sexo, y aunque se sentía satisfecha físicamente, su mente no dejaba de
lveremos a v
veremos, aunque
e - le dijo mientras la rodeaba d
ta la puerta, la cual abrieron y el inquieto joven volvió a atraerla.para besa
nterrumpió, y ambos se giraron para en
ondió Ámbar y Matte
cosas- dijo muy s
e te había llamado. De
iró a William, tras un rápido beso
que aún te queda aquí. No recordaba que habían quedado un par de cajas con tus cosas- dijo y
ducir a jovencitos?, ¡e
re he tenido la sangre muy ardiente -William frunció el ceño, observó fijamente los hermosos ojos color miel de su ex pareja.- en fin, resulta
me había ll
no-se cruz
ya sabes, un café, en nomb
s cajas llenas de pasado-las señaló - según tu, te aburrías a mi lado-él frunció el ceño-No me digas que serás de ese tipo de hombres
ortéz-dijo con d
os cajas y como pudo salió sin siquiera despedirse-¡Idiota!-dijo Ámbar sintiendo. Aseguró la puerta y apa
.. Si, había estado bien, más que bien, le había gustado pero aún mientr
jos verdes se hicieron presente para acompañarla como cada n