an un amor
Por favor,
Sel
como me habló, y dijo que saldría temprano. Mi madre quedó de venir hablar conmigo. Le pediré
a un sermón si sabe que pienso esto». No le veo nada malo apreciar la belleza de una chica, y eso no me hace homosexual, como p
nó a un pene con semen -no aguanta la r
cama, y lo hace-. Alejandro salió muy temprano, al parecer uno de l
Alejo, pero no supe quién lo escribió -recuer
nta de
le traiga el desayuno.
intimidad: Alejandro casi me destroza la vagina ayer. Me dolía tanto que le dije que se detuviera, po
guntar por qué mi cara de dolor. Segundos después entra a mi habitación, y co
hablo con firmeza-. Y
en uno de
despejar las dudas que hasta hora sigo teniendo -se remueve incómoda-. ¿Po
así es
yo estoy enamorada de una chica llamada Betsy, me mostró fotos de ella
n sus ojos crist
s chicas, y estabas con ella por sus amenazas -me le quedo viendo-. Cuando la dejaste, conociste a Alejo o Alejandro, como le digas, empezaron andar y un día te pidió casarte con él, y lo hiciste. Días después ocurrió el accidente, ese accidente donde po
recuerdo nada d
a siempre -saca una foto de su bolsa y ahí estoy yo con una cortada en mi cara-. Esa cortada que ves en tu mejilla, te la hizo Bet
r, y no siento lástima por ella. Betsy al parecer no e
a desconfiar de mí -aprieta mis manos-. Yo
no hay algo que me indique que es una mentira lo que
enes que saber que ella ha estado metida en
no me interesa s
emos luego, iré a ha
-, gruño al saber que pude estar con alguien que me causó tanto
..
el espacio puedo observar a la chica de cabello negro, y piel morena. Ella está sonriendo por algo que le ha dicho la chica con que está. «Betsy». Su
enfrente de mí. Me detalla con una sonrisa, y sus ojos cristalizados por las lágrimas. Debería sentir miedo por todo el
iso? -le digo, su carri
N
r qu
uiera salirse, y porque estás muy sexy con ese cabello rubio -se pasa l
con simpleza-. Y deja d
ebemos
r contigo, y dame un per
o que ella me hizo, y si ya una vez me hizo daño, una vez más le dará igual. La veo soltar el carrito y caminar hac
bía sentido esta sensación de nervios ante alguien, y menos ante Alejandro. Siento mi pulso tan acelerado qu
mechón de mi cabello-. Puedes gritar
mis ojos con fuerza, y los abro cuando
itamos hablar, y no me iré
no eres nadie para obligarme a ir contigo, ni siquiera sé quién eres -me enderezo,
s orgasmos que nunca nadie pudo causar -aprieta mi brazo-. Quise habl
uéb
nte le dice a todos que soy la hermana y que tengo serios problemas mentales. Por m
s, mis