u amiga Alexa, tuvo suerte de que esta induciera una conversación sobre dicho personaje un

que para ella eran sutiles según sus averiguaciones extraoficiales era un troglodita, am

muy pronto, más con la complicidad de Fabiola, será una bomba que hará est

ligero temblor sacudir sus huesos, decir apuesto era ser injusto ante tal monumento, debía medir un 1.90, su rostro indescifrable iba a la par con la dureza de sus facciones, todo en el parecía inmaculado, desde su traje de diseñador hasta la cola que recogía su lar

pero no hasta el punto de ser desagradable o arrogante, más bien

usaba ropa de aspecto masculino, era más práctica debido a la intensidad en la que se mantenía a diario, solo en ocasiones contadas usaba vestido. Se escondió detrás de un pequeño arbusto

irlos sin contratiempos, incluso en momentos uso la estra

os hoteles del conglomerado Longoria, si

ce una habitación en el hotel, el era socio, er

s la necesidad de amanecer en ese hotel hoy?- Empezó el

del fregadero abierta por descuido.-Mintio descarada

stros padres, allá sobran las habitaciones, a

e la madrugada, el señor Ferro no salió, tam

charse sin na

s el jueves cuando le pidió darle cobertura al evento en la galería, un buen artículo sería de mucho apoyo para ella, temprano hablo con la jef

a belleza de revistas, 1,65 de estatura, demasiadas curvas, la perfectas modelos no tenían el trasero grande menos los pechos tan voluptuoso como ella, sus genés latinos habían ganado en ese aspecto, su abuela era de

imple camisa a cuadros, se recogió el pelo en una coleta y listo.

xa era una de esas, estaba hermosa...a ella no le importaba

a aplicar s

le hacía semejante a una gata Angora, una belleza salvaje a juzgar por sus enormes ojos grises, aunque su cuerpo guardaba muchos secretos, el atuendo inadecuado que

a observó arrebatarle una bandeja a uno de los meseros e ir atragantandose como una inusual cerda por tod

Angora dejo su acecho, el se retiró sin dif

s de Mony Sinclair, tendrá que conformarse con las atenciones de las de su tierra. Subió a la limusina