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a a aquella noche fatídica. El ruido ensordecedor, repentino y violento de un c
adores por ayuda perforando la noche, mezclados con el sonido de las sirenas siendo sofocadas por el zum
emidades perdidas, un brazo aquí, piernas allí, esparcidos
mis vistas se empañan con la inminencia de otro colapso emocional. Lágrimas, antes contenidas, ahora fluyen libremente, empañando mi visión, y mis
l calor de las llamas que danzan vorazmente alrededor, lamiendo los restos de metal retorcido que emana un calor insoportable. Consigo oír los gritos intens
ha fúnebre descompasada y sofocante. La falta de aire me hace abrir y cerrar la boca, pero
lejen o para que este dolor lancinante cese. Los recuerdos asedian los rincones más oscuros de mi mente, haciéndome perder
surro del viento. ¿Será que se dirigen a mí? Esa voz suave, ¿
calma abrupta. Mi respiración, antes entrecortada, lentamente encuentra un ritmo más suave, casi normal. A regañadientes, a
encia reconfortante cuya mirada ilumina la oscuridad en la que me había sumido. El calor de
ojos castaños clavados en los mío
me, e instintivamente, retiro mi mano de su
as llorando de pr
ble -bromea, conteniendo apenas una risa provocativa,
y me levanto, mientr
una caída de presión -gesticula ligeramente, sus palabras tropezando unas con otras, como si in
en puños. Siento una mezcla de irritación y vulnerabilidad burbujeando dentro de mí, la v
ja alzada, sus ojos castaños b
mejillas? -Su voz está cargada d
mpaciente, era solo
, mientras intento controlar la tensión en mi cuerpo. -Me p
por contener una risa, claram
imas tienen otro nombre -
o! -replico, irritado y humillado, girándome abr
ino de emociones me consume
e, tan pronto alcanzo la manija de la puerta. Su voz lleva una
do contra el impulso de responder. Mi mano tiembla levemente al toc