img Los Hombres vs. Silvia Figueroa  /  Capítulo 3 Día de los Muertos | 60.00%
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Historia

Capítulo 3 Día de los Muertos

Palabras:1330    |    Actualizado en: 27/06/2024

dos llevaban máscaras de calaveras, muchas mujeres se habían maquillado como la Catrina.

ercó a la barra ubicada junto a la recepción. Pidió un tequila el cual bebió de un sorbo cuando se le acercó una mujer solitaria con un vestido corto color rojo y con un gran escote. Su cara estaba pintad

po! ¿Por qu

ariño, pero y

a que no la ve

o debe

r su mano por debajo de su falda para que descubriese que no llevaba

as largas y cuello alto, ceñido a su cuerpo esbelto. Su largo cabello negro lo traía suelto, decorado con u

itaba los guantes para luego desecharlos. A pesar de su rostro esquelético

ciosa! - excl

u amiga? - pregu

i am

oja. Te vi hab

e acercó, yo solo

ería, si se

lla, pero le informé que y

omo tú debe ser acosado a

- exclamó riendo. Supongo qu

que eras ca

vorc

por qué us

moró en

buena p

as comenzaron a bailar lentamente. Elena sonrió y,

, apuesto. ¿Qué mujer p

rendería. - exclam

reve conversación le fue suficie

bailar? - p

al ritmo de la balada. No dejaban de mirarse ni por un segundo, percibiendo ambos el perfume del otro. Frank de vez en cuando miraba el contorno de sus seno

rriba a mi

sorpresa, seducido

o quiero morir sin antes haber estad

en, no deberías p

ldar mi deu

len

on su mano derecha par

modesto. -

Frank sonrió, tom

muy her

seas. - exclamó

gustas mucho, per

no puedo esta

deberías enamorarte de un homb

rió entre

erías. - re

deseo her

imas aún sonriendo. - Perdóname si te

do y la besó en la frente como si ella fuera su hija. Elena c

on a ver la presentación. Pronto el vestíbulo se despobló quedando ellos

que regrese a mi habi

año hasta

exclamó ella

erraron las puertas, Frank la percib

stás

óbica. - respon

ascensor y caminaron hasta la puerta de la habitación en silencio. Una vez allí, Elena sacó la tarjeta-llave de su bolso y ab

to tiempo t

ntrarla en este hotel, pero tal

runció

ntrar a

la M

sesinar al Senador Manuel Pedreira. Prométeme que tendrás

soy policía, Elena.

ar, como hipnotizad

anses, Frank! - l

ambién

ndos. Al notar que Frank no se iba, se ac

que ella en separarse. Elena se quedó inmóvil. De repente estaba en otro mundo.

ento, n

ntes de que pudiera

cantando rancheras con el mariachi en el jardín. Elena ya se había quitado sus tacones negros y su diade

érame aquí. - le

la se miraba al espejo contemplando el aspecto estrafalario de su rostro. "Este es mi verdadero rostro. Soy la muerte y él aún

Silvia Figueroa,

a de rabia como si quisiera borrar sus pecados. Sabía muy bien que Frank era un

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