borde de la cama en medio de la penumbra. Estaba semidesnudo pues se había quitado su saco
a. Ella enmudec
e mirarlo a los ojos. Se detuvo a una distancia prudente. Él la miró por un
e pensando que
incómodo. - dijo Fra
poder deslizar hacia abajo la cremallera del vestido. Cerró los ojos al sentir cómo se
sentó sobre sus piernas y besó sus labios dulcemente dejándose caer con ella en la cama. Acarició su espalda mientras besaba sus labios y su cuello
s temb
que es hacer el
miró co
cia. Y bueno, no sé si decir que hice el amor con a
undos sin decir nada. S
amento
mirada serena y tierna. Frank sint
o quien
ía a gritos ser descubierta por unas manos cálidas que la hicieran vibrar de pasión. Esa noche, sus besos y sus caricias desnudaron su alma despojándola de su habitual coraza. Se entregó a él
se entregado el uno al otro con pasión, se contemplaban en silenci
quién
oró en r
dije, soy E
ero saber lo que escondes bajo tu
en sus brazos para saber que se
e contemplaron por varios segundos sin decir nada.
o por sus pala
uál fue la causa
esvió l
usta habl
zó con l
fue
mbre má
sativa y lue
e perdió a un hombre maravillos
labios y ella se aferró a él temiendo que llegara
palda por su largo cabello negro y la sábana blanca que la cubría de la cintura hacia abajo. Frank apartó su cabello y comenzó a besar su espalda de manera descendente, per
lmohada y no pudo evitar reír exasperando al Detective Castillo quien la contemplaba con recelo ya vestido y sen
Frank? - pregu
iz, Mamba, de eso no
sí? ¡Suéltame, por favor! ¡Est
mba, se acabó tu jue
la cama. Encogió sus piernas colocando sus bra
noticiero. Si fuera ella, te habría matado antes de que sa
egra en su espalda baja. Es su marca d
oceto del tatuaje. E
l boceto en esa zona. Lo noté esta
cajada perversa qu
e ríes igua
mujeres más tienen ese mismo tatuaje en su esp
starme, Mamba. Ya no
esto tien
lla. Hablas y te ríe
n ambas manos y le sonrió de una manera prov
tillo, me rindo. Usted ga
con desprecio y se levantó de
bemos irnos! -
ho. Dejó de sonreír y co
amorada de
res una asesina. En tu cora
la ve
iento pero ya no confío en ti, Elena. - vo
Hija legítima del Senador Manuel Pedreira, así él quiera negarlo. Es inútil que lo haga ya que su nombre a
ad tienes
7 a
observó co
hizo Pedreira para que hayas opta
icia para mi madre y par
esponde mi
o. Castillo se le que
noche pudiste matarme.
n la sábana. Frank se quedó inmóvil, observándola. Al lle
us manos acariciándome. Cada beso y cada caric
ién eras, no me habr
le sostuvo la mirada para evitar
he entre los dos fue solo una
ó, así que tomó su rostro y lo besó, pero él la apartó tomándola por sus muñecas maniatadas,
ulo, debemos irnos. Ese hombre que at
¿Hablaste
bió fugarse. Honestamente, no creo que ella se encuentre aquí. Ayer
é. En estos momentos me encuentro en su habit