io de los estudios Vannucci era el hombre de sus sueños. Aunque la megaestrella no podía entender por qué un hombre
como hermoso", respondió Jack
stro es fuerte, interesante... hermoso". No iba a dar marcha atrás. Al igual que la actriz
sa se veía bien. Muy, muy bien. Quiso extender la mano y apretar uno de esos músculos t
había tenido jamás. El más exigent
nte con él hubiera
el momento en que vio a Jack Vannucci en persona, la sensación la golpeó como un rayo. Se quedó estupefacta, sin sab
ciones que se habían infiltrado mientras
as como la confian
ra detenido, el sentido práctico sí lo habría hecho: había visto de primera mano lo que les pasaba a las amantes descartadas. Pero no
echado a un hombre tan valioso como Jack. Aunque no tenía derecho a hacerlo, ansiaba ir a verlo y tratar de aliviar
cambiar eso, porque confiaba en Jack en un nivel visceral. Nunca se había sentido segura con un hombre hasta que él comenzó a intimidarla con su actitud protectora, acompañándo
su sexy exjefe tod
s estrellas jóvenes que pensaban que podía dejarse influenciar por los halagos. Esa era una mentira demasiad
aba hermoso? En ese momento, unas luces rojas parpadeantes llam
rando con fuerza la manta. Cuando la miró, vio que el calor le había dado a su r
calle y bajó la ventanilla. Inmediatamente, unas gotas de ll
e de tres coches más adelante. Bastante desordenado. Estamos desviando a la gente por allí". Señaló u
lguien resultó gr
o aliviado. "Conduzcan con cuida
legaremos a tu casa hasta dentro de al menos una hora". El agua chapoteaba alrededor de los neumáticos cuando
hacer eso
motivos para no hacerlo. Vale, quizá le había gritado una o dos veces mientras el
acechan. Probablemente estén escondidos en los arbustos
esta noche, te juro que lo golpearé por ti". El cariñoso apelativo se
arcajada. "Bueno,
que habían previsto. Presionando una llave electrónic
rró detrás de ellos, encerrándolos en un refugio seco iluminado por una potente bombilla blanca. El sonido de la lluvia sob