rad
itable que el impacto de eso no lo hiciera llevar a los
cuenta de banco del esposo de su clienta, y él vio ese trabajo de ma
esto para robarle di
información de su vida, y fríamente ella respondió
que la morena solo estaba ocultando el hecho de que también usaba su tra
que tenían tiempo sin verse. Y era notorio que ella no era muy conoci
tás bien?, ¿qui
pudo evitar sonrojarse cuando vio la c
es -murmuró ladeando la mirada, por
blar con nadie, solo
erle tierno la manera en la que el hombre e
lan
de su cabello por
lo D
ylan -respo
ausó y algo incomoda dejó de limpiar esa zona de l
que contuvo el aliento. Briana no estaba delante de él con la
bajaba cada vez más el tono de su voz, percatándose que nadie además de
ó abrumado, la rubia
para ti, pero veo muchas cosas, sé m
s labios, llenán
explicación
a se acercó m
chica le provoc
naba más rápido de lo normal hacia. Su corazón esta
de reojo a Briana, quien con la repentina presenci
ándole una advertencia a Briana con la mi
do no pudo seguir fingie
así que por favor, salgamos de aquí o vamo
hel. Eran alrededor de las doce de la madrugada y la angustia e
aba por culpa de ella. Es
ión que Reymond le dijo que se podía quedar esta m
on una cama individual y un
sin saber qué cosas se habían hecho allí. El lugar olía a hum
tó su espalda de la cama, él se sentó en la
ansado, pero al menos
encontraba en la cama, y le extendió u
dio esto? -
iendo el nudo en su garganta-. Este es mi pasado, de aquí vengo -confesó señalando a su alrededor-. De una familia de traficantes y delincuentes. Tuve una mala vida, pero a los dieci
el hombre no pudo más que sentir su
cosa que odiar en la vi
la, pero solo pudo ser capaz de
ndo empatía por ella-. En el fondo
nto orgullosa; así que perdona si no te dije de esto antes. Creí que ya no confiarías en mí. Y yo... -Se limpia la cara con la mano bruscamente-. Siempre he s
evantando su rostro con sus m
nes un buen corazón, Rachel. Lo tienes. El simple hecho de haberte ido
os halagos que consideraba en ella, sacu
quí. Me he fallad
Rac
se de hablar, tocaron l
Reymond examinarlo de mala forma, como a
á lista, los e
y su hermano
Además, no tienes que ir a comer si no quieres -agre
pasaba siempre, y en parte se sentía ave
una forma que la hizo
esos tiburones -bromeó, s
dría defenderla como le gustaría, sabía que ella
no había manera de que pudiera desconfiar de ella. Jamás
ujer por la cual él estaba desarrollando sentimientos r
ndo salieron de la habitación. Ella se había
aba un gran banquete servido, p
a electricidad
ue fal
uchara la voz de Reymond recordándoles que había un generador de
evo teléfono rápidamente alumbrando
ción de ellos, y la molestia la emb
el hombre que sostenía su mano y miraba todo u
o provocó que corrieran rápidamente detrás de la barra ocultánd
uelo! ¡Nos e
choque y
tres, cuat
, aunque después de unos segundos los fieles clientes y los hombres de Lewis defendían
ólvora los
hel a la rubia tapando sus
como miles de cohetes siendo lanzados a la misma vez, quedando i
errado-. ¡Sabía que pasaría! Lewis siempre tie
y se acercó a él mientras este la envo
uí -le aseguró e
a sentían la neces
que no esperaban que la gente de Lewis Montana
-la voz de Lewis s
todos los clientes temerosos sobre el piso, escombros, vidrios rotos y