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Historia

Capítulo 8 La familia de Rachel.

Palabras:1713    |    Actualizado en: 03/10/2024

rad

ura e ignoró a los hombres con las armas, ambo

squinas de las largas cuatro paredes color purpura; una filtración

no, no era muy amante d

tiempo aquí, Rachel -murmuró Dy

de tortura en la mesa del hombre qu

poco quería estar allí. Todo est

, te irás con Bria

le la seguridad de salir de allí, pues no quería agobiarlo

se metió en problemas y ella, con solo quince años, hecha una bola de fuego le dijo a

n alta voz de manera que el nombrado escuchara. La puerta fue cerrada y luego bajó el tono aunque sorpren

aba tener que acudir a ese señor, pero era su único com

í porque quie

su cabello ya no era completamente azabache, pues canas lo adornaban; en sus ojeras

todo en las zonas a las que casi nadie se atrevía recorrer, por la delincuencia y alto tráfico de drogas. Por eso, en cu

le hablas cuando necesitas dinero ¿no? -Rió, divertido-. Nun

ierda lo que pien

berías ser como tu hermano. Estoy seguro de que serí

comenzó a

sin parpadear-. Quiero que por primera vez ha

la dirigiéndose a su mini b

as? -preguntó

uyendo de la m

hombre se ahogara con su prop

es la

nerse nerviosa, per

rogas y órganos, en Canadá -confesó lo que no le había dicho a Dylan para no p

posible eso

n en dónde vivía e incendiaron mi a

-enfatizó, asegurándose de que su ahijada lo escu

reocupada morena frente a él. Jamás pensó que algo así

ando como para meter

uro de que había sido por una estupidez, como de que el hombre

e vino contigo

ía lo que estaba pensando mu

sintiendo su corazón acelerar

rió en

es cierto lo que t

, no soportaba que hablaran de ese tema. No soportaba del todo a

porque tenían la estupidez machista en los tuétanos. Pues para los hombres las mujeres de

n revuelvo en su familia cuando no solo comenzó a estar en boca de sus primas porque se acostaba con varios

un leve sonrojo a la chica-. Lo supongo, así como el hecho de que te la pasas

estaba enterrado y que no se iba a permitir repetir con Dylan. Pues tam

especialmente porque a ellos -los hombres de su familia-, se les hacía normal contar con más de tres mujer

a ayuda

ieras unirte al negocio, así no quieras s

te atr

era seria-. No quiero e

extrañas que invadían su cuerpo. Pero más allá de eso tenía miedo,

ra hacer lo suficiente

is llamó a

cargaba sus armas mientras

ame,

comida rápi

entenderlo, pero lo hizo,

e sus talones e irse en busca de Dylan, y se encontró con R

es un

a lo iba a perdonar, por el camino que había tomado. Aun

era del bar y ambos se recostaron de las paredes quedando frente a frente.

se hombre de

ado clie

como le d

de él, porque era su hermano, aunque era el que más infl

asa. Ya no te pido que recuerdes la promesa que hicimos de estar limpios, de ser chicos de bien. Ya no, Reymond. A

onversación con su hermana, pero la verdad era que cada que la veía solo

uera-. Te quiero. Siempre vas a ser mi hermana en do

razo porque lo necesitaba a pesar de todo, per

ado sobre uno de los taburetes color café, en la esquin

tuvieran a salvo en México. Debía hablar con Rachel acerca de ello, así como el hecho de q

omo de los que ell

ción lo hacía se

tida en cosas realmente ilegales y quién sabe cuántas

de la morena, se sintió decepcionado de ella; pues

guapo? -preguntó Bri

unidad, Dylan n

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