r
da. Cuando mejor me sentía y podía decir que estaba siendo muy feliz en l
que tenía esposa? Supo envolverme, jugar conmigo y verme la cara de estúpida, pero que
dos años en los que creí estar en lo más alto del cielo. Dos años de mi vida que no son fáciles de olvidar. Ahora solo soy la zorra que pretendía acabar con un matrimonio hermo
da. No entiendo lo doloroso que debe
n perfectos. Dejé de ser la deseada para ser la puta. Incluso los estudiantes riquillos se han atrevido a ofrecerme dinero a cambio de una noche. Mi vida es un
ue nadie y sé que no eres eso que dic
í, estar a mi lado y ay
verte triste. ¿Por qué no salimos hoy? Necesitas di
muchas gan
gustan los bares ni nada que tenga que ver con el al
por tenerla conmigo. Jana es mi mejor amiga, la única persona sobre este mundo que ha es
o, pero no hace falta. Quiero quedarme aq
terror. No vamos a comernos
de que no me haga r
*
cuando en las cuatro paredes de mi habitación existen tantos recuerdos. Me asfixia estar aquí, debí ace
ma y fui a la cocina, excusándome pa
no respetó a su esposa y su familia, yo no tengo por qué sentir culpa alguna. Jamás me metería con un homb
ntemente ya te
ente de nuevo, haciendo
jo
nsando en quién podría ser a esta hora. Jana está aquí y nunca recibo visitas de otro
n la perilla en la mano al ver a una mujer muy bonita frente a mí. Es la segunda vez
ra? Creí que había si
co a C
es su esposo y que es mi culpa,
e engaña, pero sí es el pri
una descont
re, señora, no quiero saber nada más de ustede
se enamo
s una tonta por quedarse junto a un hombre que no la respetará nunca. Pero q
gundo plato no es el lugar que yo me merezco, de la misma forma en la que usted debe saber que ser el principal no la hace el único. Vuelva a su hogar
o. Un hombre muy atractivo me veía con una sonrisa sin dejar d
erda? ¿Por qué aplaude? Y por
que reía sin dejar de mirarme era el doble. Por supuesto que son de esos hombres que son el pecado
el lugar que merece y no el que algún imbécil quier
linda, te estoy dici
éndome enojar más de
extraño y sexual, pero n
ue llame a la policía. Y usted, señora, no vuelva más por aquí. No quiero saber nada de su marido, así que puede estar tranquila, porque jamás volvería a involucrarme con él s
a Jana que no tardó en salir de la habitación y envolverme en sus brazos. No quería llorar, pero ahí
r mi noche y este par de imbéciles sexis solo me irritaron más. Quiero calma, olvidarme del mundo, s