pues lo que me importaba en ese momento era llegar a la cima de mi éxtasis, pero mi madre podía descubrirnos y él dudaba en segui
i oído, sacando sus dedos de mi interior y uní mis pierna
de mi madre que me miró con el ceño fruncido, c
ción? -le preguntó a Marcos
ndo atención a lo que
soltar un gemido fue bastante gracioso. Está muy duro y
izaba mi mano en el pene endurecido de su novio, lo que me
que recojan todos esos papeles de la mesa
obre la mía y las apretó juntas
tú el que em
-aun así, tiene el descaro de segui
o todos los papeles que se encontraban tirados en e
dre decir y reí, subiendo
Acaso le importa mi mamá? Sería el hombre más hipócrita y sinvergüenza de est
*
i mamá insistió tanto que no tuve más opción que uni
quedar con Johan, mamá
os a mitad de semana y re
o, si quieres puedes h
lo s
má -suplicó y
uedarte despierto hasta tan t
u silla y le dio un beso en su
a para menos, pues le gusta muc
levantó de la silla, dándole una mirada
no tenemos palabras que decirnos, ni buenas ni malas. Por más que nuestras miradas se crucen, no somos capaces de
mpo y que era tan bonita ya se murió. Es difícil que pueda
e la mesa con todo y plato
egio, así que deberías alistar el un
a cocina sin mediar
s alturas del partido si perdido ya tengo el año? Lo que menos quiero es volver a verle la cara a
aprovechando que Alejandro no estaba en casa y podía fumar en mi cuarto sin problema alguno y
relajado y la mente más tranquila. Quisiera siempre estar rodeada
s piernas y un roce que se intensificaba cada segundo. Tras el fuerte empujón que exper
estaba sucediendo, hasta que un par de manos se sujetaron q mis c
a Marcos por encima de mi hombro y acele
contra la cama y moviéndose en mi interior en círculos-. Pero es mejor
era consciente de lo mal que estaba haciendo este sujeto. Yo no lo quería, por más que me hubiera dejado tocar muchas veces, que se metiera ent
z que me veía drogada, porque jamás había intentado tocarme estando en mis cinc
piel, levantando mis caderas al aire y retomó sus embestidas con rudeza, llegando más allá de mí y ha
mando lágrimas silenciosas mientras é
regunté, en medio de esos gemidos lastimeros
sin antes darme un beso en los labios que me supo a la m
iente de que me había violado, pero ¿de qué me sirve denunciarlo si apelará que yo se lo
a hierba y las pepas lo hacían, pero en ese momento quería olvidar y dejar de sentirme tan asquerosa, por lo que sumerg