atravesaba silenciosamente los tranquilos torrentes del océano. La fiesta en el barco estaba en pleno apogeo, con un ambiente ll
osa por el vapor de la ducha caliente, lo que la hacía misteriosamente atractiva. El sonido del agua goteando en el
ocanada de humo, lucía irresistiblemente varonil. Golpeando suavemente las cenizas de su cigarrillo, respiró hondo y echó una hermosa serie de anillos de humo. Para él eran como una obra de arte.
ulpido era irresistible, sus labios sensuales, delgados y rosáceos mostraban una sonrisa con ligero rastro de burla. Sus ojos, ardientes de fuego y deseo
mostraba su atractiva figura. Se estaba secando su largo cabello negro con una t
ue no tenía ninguna imperfección. Era la definición de belleza asombrosa. Ese rastro de ligero sonrojo en sus mejillas era un festín para la vista. Se preguntaba si tal
tó el hombre, todavía con el cigarrillo entre los de
la bienvenida, pasando los dedos por su esbelta espalda mientras le daba un abrazo. Con los labios pegados a la oreja de la mujer, él susurró:
poco mareada por el efecto del vino. Si su mente no se hubiera quedado en blan
ía recordar cómo había llegado a ese lugar. Los momentos de locura con el hombre, seguidos de un ba
encia. Cubierta bajo la bata de baño, sintió un dolor sordo en su cuerpo y un caos total en su mente. En la noc
, se presentó el hombre
que se acercara aún más. Su voz grave y profunda era tan cautivadora, y la
satisfaciendo nuestras necesidades individuales. Después d
l interés en un mayor desarrollo de su relación de una noche. La dama se dio la v
a sonrisa esbozando en los labios. La sonrisa en su rostro era tan deslumbrante que la mujer
". La chica finalmente reunió to
esparcida por el suelo para vestirse. Cuando estuvo lista, tomó su bolso rápidamente con sus manos de
para que no le tapara la vista y se agachó para recoger sus cosas. Esto hizo que el hombre
detenerlo, tomó el pasaporte que estaba en la esquina. Como es natural, le echó un vis
Qin?", él le
lo!", gritó
cosas del suelo, se levantó rápidamente para quitarle el pasaporte de las manos. Sus hermosos ojos brillaban con
iliar que la mujer emanaba, y que deleitaba su olfato. Al estar tan cerca del hombre, en estado consciente, comenzó a ponerse nerviosa y sus latidos comenzaron a
dida?", preguntó el hombre t
a pedir el consentimiento de la mujer en sus brazos antes de besarla. Sin embargo, parecía que ella no tenía un "no" como opción, ya que no tenía
por lo que no tuvo más remedio que seguir sujeta en sus brazos. Mirando al hombre con ira que iba en aumento, se sentía más desprotegida cada segundo que pasaba. Al inst
la espaciosa habitación quedó en s
ncia de la mujer, y finalmente aterrizó la vista en la mancha roja de la sab
vino, donde conoció a la encantadora chica. Era extremadamente raro que, en una aventura de una noche, su c
ente. Y aun hasta ese momento, él seguía saboreando la noche llena de pasión y locura