o de él, no había visto a su James aún y no tenía que continuar con aquel
lanes de boda con su prometida, nada ni nadie podía cambi
nto, porque, James no era sólo su estudiante y que se preocupar
s, y es que en todos aquellos años jamás se vio tan estresado como lo estuvo el fin de semana y excusándo
sobre su hombro. Cogió unas cuantas toallas de papel y secó
oque se volvió a repetir; frunciendo el ceño, irguió la espalda, y si
más fuerte, escuchando el pron
ió el interior de su mejilla y peinó los m
as a la persona irritante que esperaba fuera, él abrió la puerta; pero no pudo hacer mucho antes de mirar aquel gesto jocoso. Enseguida fue em
puño sobre la tela y jalándolo hacia al frente, sus pechos juntos c
te ante la pronta cercanía; aunque su tono escuchándose fuerte y de
bre reaccionó e intentando libera
esores! - Intentó, pero tan sólo consiguió una son
comentar, su voz burlo
ontra el lavamanos y su gesto pintando entre el horror y el enojo. James entrecerró los ojos, re
abio -. Estabas muy interesado en ayudarme, me deja
l cuerpo del estudiante y abri
demasiado arriesgada y tan sólo consiguió que su profesor lo detest
veces suele ser muy amargado, sin embargo el camarero Sean. - con aquella última broma, él abandonó el pequeño baño, no sin a
s ojos bien abiertos, no comprendiendo de inmediato por qué Sean estaba encerra
hacia atrás, suspirando y admirando como Jame
ue caminaba por los pasillos, tragó saliva-. ¿Qué ha
o y me pidió permiso - mintió saliendo rápidam
iendo dijo, - estos
hó a reír un poco más calmado -
rar al salón, se arregló un poco y entrando manteniendo la respiración, todas la miradas se clavaron contra él, James irguió la es
- Cuando terminó s
más mínima atención a la clase, pues estaba perdido admiran
la atención de todos. James sonrió con confidenciali
entrelazó los dedos de su mano y admirando con fijeza el ro
ndo de sonar importante-. Esta tarde debo ir a una sesión de fotos y
en una indeseable rabieta. No pudo haberse esperado más de Alex, de inmediato se arrepintió de habe
inar hacia el frente del salón, sin embargo, mantenía su mirada posada sobre la del chico-. Y lame
a Mark, Sean alejó su mirada. Ésta fue acaparada por los ojos
sus estudiantes, aún más con aquél trio de idiotas en su clase. Pero, nunca espero que la humillación pasara a ser dañina. Él sabía lo muy
a metamorfosis de colores, pasando de blanco a rojo. Pero sabía q
escuchar por sobre las burlas, aunque sin apartar su mirada
ni siquiera se molestó en ponerse de pie, él sabía que el profesor lo querría a solas y
el escritorio mientras chirriaba los dientes. ¡Era suficiente! ¡É
l primer pupitre. Sean guardaba las cosas en su maletín con tosquedad. Y cuando su
o, Sean dio un paso al frente. Su dedo acusand
as - gracioso, mordió su labio-. Si no dice eso, juro que jamás me h
estúpido juego. ¡Estoy cansado de que siempre seas tan irrespetuoso y te valga un pepino avergonzarme delante de todos! Y esto que hiciste hoy, has llegado al
alabras pudieran ser revertidas, porque no quería que Sean lo odiase de aquella manera. De igual fo
tiendo un increíble nudo en su garganta-. Siempre creí que podría ignor
, Sean parecía estarse conteniendo por dentro. Y aquello tan sólo lo hizo inspirar
ordió su labio. Por completo
ende - respondió,
omodó en el pupitre-. Y ya que hablamos de cómo nos sent
uir resultados. Me frustra, ¿sabes? - murmurando, hizo una mueca cuando volvió a encontrar su mira
er su columna al darse cuenta de que su mirada estaba fija en aquel preciso punto, como también, después de escuchar aquell
a subirle la autoestima. Y aunque su enojo no cesaba, a
ncio. James achicó su mirada de una manera sugerente, y mordió su labio con
aba todas y cada una de sus neuronas-. Vamos, Sean, ambos somos adultos, aunque no te parezca, yo lo
ar una sutil mueca de placer en ella. Aquello no pasó desapercibido para sus ganas,
posó sus manos a cada lado del cuerpo del mayor, acorralándolo contra el escritorio. Sean tragó saliva-. No sé
e sus oídos escuchaban, pero tampoco podía creer la reacción
entirse por completo nervioso, atosigado. La última vez que estuvo tan cerca de James, fue en el bar c
momento tan sólo quería poder alejarse de James, antes de
formación que su cerebro procesaba pues, cuando una imagen lúcid
- logró murmurar
e, al parecer, el mayor no era tan amargo como hacía lucir a diario y sin poder contenerse, posó una mano en la cintura de est
ar ambas bocas. Por supuesto, el profesor desvió la cabeza, y jadeando, sinti
quemarse en las llamas del infierno, pero creyó que aquello no podría ser peor.
tando con sutileza. Podía ver el rostro de su profesor, por completo enrojecido, y sabía
ándose caer de rodillas. Los ojos del mayor se abrieron casi de inmediato, si
ón mientras desabrochaba el pantalón de Sean-. D
rriba cuando metió su mano dentro del bóxer del pelinegro, envolviéndo
joder. Tú no pu
relamer sus labios. Admiró con ojo crítico aquel pedazo de carne. Pensó que era much
completo y tomando el suficiente aire que sus pulmones requirie
Parecía confundido, enojado y a su vez, ansioso. Aquello último fue suf
e con esto, Sean.
, J-
endo aquella deliciosa polla en toda su cavidad. Sean cerró los o
hacer algo para detener a James. Sentía los dedos de sus pies entumecerse e increíbles escalofríos recor
podía sentir el regocijo llenar por completo su anatomía al darse cuenta de que por fin estaba sucediendo. Y no evitó se
aquel hecho le pareció adorable. Sean permanecía con sus ojos cerrados y el ro
escuchó el casi inaudible gemido que dejó esc
ó, volviendo a su tarea y pasando s
tembló en su puesto. Jamás creyó que hacerle una mamada a Sean sería tan placentero, pero aqu
oviéndose más rápido y la cabeza de aquella polla golpeando su garganta una y otra vez. En su lugar, Sean percibía como remolinos arremetían contra su cuerp
, él supo que no podría aguantar mucho tiempo más y cuando estuvo preparado para correrse, fue incapaz de ap
endió por sus labios, limpiando por completo el pene sensible de
mada! Y lo más sorprendente, él no lo había detenido. ¿Debería sentirse
dando el pene de Sean luego de terminar y
a, por completo impactado, y con sus piernas te
es... ¿Qu
mes, arrodillado aún en el piso, Sean cogió
onzado que en aquel momento. Y desde lu