s paredes reflejaban esa luz con un brillo nostálgico que siempre le había fascinado. Pero hoy, la belleza de la galería parecía más distante que nunca. De alguna m
o a paso. El matrimonio con Ariel había sido arreglado desde su infancia, una unión pensada para consolidar los intereses de ambas familias. Aunque en un princ
él, Maya había compartido su primer beso, su primer amor, sus primeras caricias, pero nunca había sido suficiente. Nunca lo había sido. A pesar de que él la amaba, ella sentía qu
entos. Él siempre había sido una presencia reconfortante en su vida, un confidente l
ojos. Se giró hacia él, y su mirada fue de inmediato a la ventana.
ensión. "La verdad es que te veo más distante
, asistiendo a eventos exclusivos, alejándose cada vez más de ella. Al principio, había sido un alivio. Ella podía tener su pr
ella, con una ligera apatí
ncidos en una mezcla de preocupación y
n que había estado rondando su mente con creciente intensidad en las últimas semanas. Había creído que sí,
i vacía, como si ella misma no estuviera s
iró para ver quién había entrado. Allí estaba Ariel, con su porte elegante, su rostro impecable, pero los o
Una mujer que Maya no había visto nunca antes en la galería, pero cuya presencia era inconfundible. Su rostro era hermoso, aunque de una belleza que no buscaba dest
n, esa que solo reservaba para las personas especiales, para qui
sus pensamientos. "Es una de nuestras coleccionistas
notó el brillo de algo más en sus ojos, algo
ita que había percibido entre Ariel y Valeria. El aire en la galería, que siempre le había resultado acogedor, de repente se volvió espeso y pesado. La se
mor que siempr
ntro de ella despertaba, y la inquietud que sentía no podía ser ignorada. Ariel ya no era el único hombre en su vida. Algo en su
ectivas obligaciones, Maya se quedó sola en la galería. El silencio la envol
istía, o era solo una fachada que ambos
aparecido de la nada, capaz de cambiar el aire que r
s pinceladas de un artista que ya no estaba allí. La sensación de estar perdiendo algo, algo muy va
vastador, la hizo preguntarse si r