al límite del bosque. Exhausta y cubierta de raspones, se dejó caer sobre la
sus ojos, su aura misteriosa- que no encajaba con ninguna explicación lógica. Su mente científica luchaba por racionalizarlo,
lmente? -susurró
*
pudo dormir. Cada vez que cerraba los ojos, veía esos ojos dorados observándola, primero desde las sombras del lob
los hablaban de desapariciones extrañas y avistamientos de "criaturas" que algunos describían como lobos enorm
en voz baja, recordand
l bosque. No era solo por sus investigaciones botánicas, sino también por esa nec
*
a nueva, un GPS, y había marcado cuidadosamente su ruta en un mapa. Pero a pesar de todos sus prepar
sciente de su presencia. Los sonidos de las aves y el crujir de las hoj
venir aquí de nuevo...
es -respondió una
staba allí, apoyado contra un árbol, con los brazos cruzados y
í? -preguntó él, con un
do -respondió ell
do un paso hacia ella. -Te dije que
¿Tú puedes estar
ndose una mano por
ar tiene reglas. Y tú..
cía, cruzándose de brazos. -Porque
erminación que lo desarmaba, una mezcla de valentía y terquedad que lo
-dijo finalmente
el cumplido.
cabeza, pero su ex
o, extendiendo un
sus ojos la convenció de
á bi
*
ía evitar las sombras. De hecho, parecía moverse con una confianza
Lucía, rompiendo el sile
donde la luz de la luna ilumina
z baja. -Es un refugio, un territ
ris
elaboró. En lugar de
es estas
achó para e
a visto algo como esto.
-interrumpió Caleb. -Como
hacia él, buscando resp
tratando d
ndría a ambos en peligro, pero había algo en
er con lógica -dijo finalmente. -Cosas que ex
omo
rprendido por
es que so
la tomó de
o sé que no er
los labios de Caleb, aunque
es ra
rás, sus ojos dorados brillando con intensidad mientras la luz de la luna lo envolv
hacia adelante, y de repente, un enorme lobo n
la mirada. Los ojos del lobo eran los mismos que los de
ser... -
us ojos, comenzó a transformarse de nuevo. En cuestión de segundos, Caleb estaba de pie
ue soy -dijo
, su mente tratando de
. ere
bo -terminó C
e ellos mientras Lucía inten
.. -dijo finalmente, con u
ceja, sorprendido
ienes
... también te
rees -dijo Caleb, con un leve
ndo de calmar el torbellin
a esto para ti?
una mezcla de tr
estro mundo nunca
ya lo
ntes de que pudiera responder, un aullido distante
irte,
or
no est
algo en su expresión la conv
s bien -dijo ella, da
que sus ojos refle
Luc
tes de desaparecer entre los árbole
ltima vez que
ció, sus palabras resonando en su m
e de sombras, Caleb sabía que su mu