ue me ruborizara o me horrorizara. Mente limpia, me repet
-dije, con la voz aterciopelada,
ó y me tendió la mano
chacha salió corriendo apenas me vio así, apenas me acerqué. S
cuanto era mi pudor e inocencia. Yo ni siquiera había visto películas para adultos antes, por lo que esta situación era completamente nueva para mí. Pero tenía q
deseos. -murmuré
, acercándose. Empezó a anotar en su libreta un par de cosas
i cabello. -En este lugar tu belleza será de lo más apreci
nzada de estar vestida de esta manera tan provocativa. El calor em
do. -respond
tir seguridad
o tenemos límites. Deberás ser una actriz profesional, dejarte llevar por el calor, las olas de la pasión azotan nuestros cuerpos
me. Al ver mi expresión de confusión, ella soltó una risita. Me ac
r si puedes quedarte. Será divertido, como me has caído bien,
onó espectáculos, tareas, cosas que yo tendría que hacer para adaptarme allí. Este era el momento en el que tend
peraba mi
por comenzar. -
ado mi decisión, esperaba no arrepentirme de ello.
tella me condujo por la habitación, mientras me mostraba que debíamos ir hacia el pasillo estrecho. Dejé todos los celulares en una caja, eran falsos, por supuesto que no me a
sión, en la verdadera. Ahora, tendr
asos antes de que entráramo
ano cerca de mi seno, viendo que mi pezón estaba asománd
teresante tu llegada. -sonri
odas las imágenes para que así pudiera escribirlo todo cuando estuviera a so
adentro comenzó a sentirse un aire fresco gratificante. Era un ambiente climatizad
Una dama estaba en un sofá, con un traje de tul, que dejaba ver cada parte de su cuerpo. Sonrió al ve
ó, con amabilidad. -Ella es
demostrarme confianza. Ella era propiedad de Eduard, eso era información va
ndo una risita. -Veo que Stella no te ha dic
rada. Al parecer, mi ropa no
ana. No quiero que te estreses, cariño
desnudas allí, como si fuera algo totalmente normal. Me tembl
l de las nuevas. -dijo ella,
ntí que cada escalón me llevaba a mi perdición. Me sentía como una mojigata total, la ve
rar, traté de concentrarme solo en los lugares físicos y recordar cada detalle. Era engañarme a mí
antos aproximadamente estaba completamente desnudo, con una enorme hombría y unos ojos negros como la noche. Allí todos pa
ue ver su miembro hizo que estuviera a punto de
número de estructura de oro. Era brillante, hermoso. Abrió la puerta y lo que pens
ejos blancos impecables. Las cortinas eran de color crema, con hilos dorados que las decoraban delicadamente. Sam y