bían pasado días huyendo de cazadores y conspiradores, y finalmente habían encontrado un lugar donde descansar, aunque fuera por un

agotado, y su mente luchaba por mantenerse alerta. Desde que había sido traicionada por su famili

abía recogido en el camino. Su rostro reflejaba la tensión de los d

iendo el silencio. Sus ojos se encontraron con los

no pudo evitar sentir u

momento. No todos somos l

ondió. En cambio, se sentó junto al fuego, sacando un

no expresadas. Ambos sabían que había algo cambiando e

plagado de imágenes de su familia, del Consejo Vampírico y de los cazadores que los perseguían. En sus sueños, veía los ojos

a que lo desarmaba, algo que iba más allá de su apariencia. A pesar de ser una vampira, una especie que había aprend

aparentas -murmuró para sí

de inquietud. Miró a Kael, quien aún estaba sent

preguntó, aunque s

ó con la

ía arri

él, aunque mantuv

rgar con todo tú so

pareció dudar. Pero luego negó c

r mí. Si fallo

era testarudo, pero también sabía que ha

seguir así, siempre desconfiando, siempre al límite. Si q

esta vez, algo en sus ojo

ue debería -admitió en vo

antes de que pudiera responder, un ruido proveni

r, la pequeña tregua que Kael y Lenara habían encontrado no duraría mucho. Los renegados, liderados por u

sarcástica, se presentó en la entrada de l

na inclinación teatral-. Qu

ocando una mano en el hombro de Lenar

uieres,

, mostrando

omún ver a un licántropo y una vampira via

delante, ignorando l

es asu

ó una ceja,

ande que estas disputas insignificantes entre nuestras

ando entrever s

sitamos

ró, fingien

es, me temo que no m

an reaccionar, los

da, sus movimientos sincronizados de una manera que reflejaba la confianz

su fuerza para derribar a los enemigos que se acercaban demasiado. A pesar de estar en desv

enir personalmente, enfrentándos

ra. Pero me temo que es

on desafío, leva

an rá

ecía que Marek tenía la ventaja, Kael intervino, der

ó, su voz llena de

por la intervención

-dijo, antes de dar

ron solos, Lenara se dejó

dijo, tratando de r

a su lado, tam

siado

or un momento, sus

-dijo, si

ación estaba cambiando, y que, aunque el mundo parecía decidido a separarlos,