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Historia

Capítulo 10 Deseos de corazón

Palabras:1148    |    Actualizado en: 21/01/2025

li

elación ya no tenía para dónde continuar, de hecho, y como me dijo la pulga, nunca lo había tenido. Desde

ería eso. -Siempre me porto con esa rubia como un completo romántico, aunque no lo demuestre d

creo que llegara tan temprano, y debíamos entrar en la sala de espera a las ocho. Me entregaron la car

después. Si Adara no... si tuviera un niño o niña llamándome papá, brincaría en una pata. Espero que Eros pueda ver lo que

. Yo también he cometidos errores, en mi vida tengo el arrepentimiento y era consciente de qu

sado, por momentos pensaba si su partida de esa manera fue para que la familia no se entera

os la veían como un ángel, y físicamente lo era, pero yo la conocía, y era un demonio. Uno que h

tima vez se revivió como si fuera ayer y no hace más de cuatro meses. Su cuerpo desnudo debajo del mío era precioso, sus senos a la

iciones, le gustaba darme el mando, -esas eran las actitudes de Adara que me desconcertaban, había te

instruyendo. Durante el proyecto en el Amazonas, podía comprender su actitud porque era virgen, ¿pero ahora? -.

de odiarla y lo cierto era que cada día inocula más en mi torrente sanguíneo. Eros siempr

puede que haya tenido motivos para abortar, pero fue su indiferencia, su frialdad esa tarde c

os una oportunidad a eso que se gestó en esos seis meses en que la tuve, en la que fue mía, ella me dejó ver a una preciosa mujer. D

ra tenerte cerc

trarse y ahí estaba esa preciosa rubia, con su cabellera ondulada que terminaba en gajos, miraba su celular, me oculté

legante, como mi madre y mis tías; a las L'Charme las caracterizaba la elegancia para vestir y a mi prima, además de eso, le favo

stará buscando?, suspiró después de mi

puesta, artículos de aseo y el portátil. Me acerqué, la escuché cantando una canción en in

da

señ

es que parecían ser una pequeña porción del Mediterráneo brill

soy tu jefe.

mis cejas-. Y lo de sí, seño

roja, me dieron unas tre

so

timidez en su mirada. ¿Lo hacía p

muestras como una muje

cenado y quiero tomarme un lát

e asombro, me siguió. Podíamos tener diferencias, pero no puedo dejar que una mujer ll

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