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Historia

Capítulo 3 El inicio de una guerra

Palabras:1420    |    Actualizado en: 02/02/2025

ía el peso de cada mirada, cada interacción. Había aprendido a leer entre líneas en sus años como empresario, pero ahora ese instinto se volvía en su cont

n consumirlo. Había manejado riesgos antes: adquisiciones, contratos multimillonarios, negociaciones peligrosas con clientes internacionales.

ue aparenta, y no es ninguna tonta, ella n

atravesó como una

notado la distancia en su rela

cía inminente. No podía permitirse perder la compostura, no

s contactos más confiables. Había solicitado una investigación paralela a la de Sofía. No confiaba completamente en n

movimientos recientes, llamadas realizadas y reuniones

ica Delgado. Asu

lutamente leal a Claudia. Que ella estuviera involucrada solo confirmaba lo que ya temía: Claudia estaba actuand

con un aire nervioso pero decidido. Cerró la puerta t

ntó ella, su voz conteni

vel diferente. Si Claudia decidía actuar, Sofía sería el primer blanco, y aunque él había prometido protegerla, no podía ig

s -respondió finalmente-. Mó

pali

aba muy aterrorizada de las consecuencias que esto le traería

sintió con

perar a descubrirlo. Tengo que tomar la i

hacia él, con su

los dos si Claudia se entera de todo. Ella no es una mujer qu

a y la tomó de los hombros, mi

alma. No cometas errores. Si alguien te pregunta alg

lejaban algo más: dudas, miedo

róximos pasos. Tenía que anticiparse a Claudia, encontrar una forma de desviar la atención y proteger sus s

rre de Enterprise Dynamics. En ese momento, se dio cuenta de que esta

Bien, entonces juguemos que

ordaba que había algo en Claudia que él no había considerado: su capacidad para sorprender, para supera

por su belleza, aquellas habilidades en ella habían cautivad

el sonido del segundero resonaba como un tambor en la cabeza de Leonardo. Estaba ac

en la junta directiva; era una guerra personal, y las pi

su contra, sus hijos también lo

un momento crítico. "Supongo que este es el momento", pensó con ironía. Una cala

tos y ocultando fracasos. ¿Cuándo había comenzado a desmoronarse todo? Era como una fina red de

y Leonardo no quería perderla solo por

la puerta lo sacó d

irme, ocultando cualquier

personal y su mejor amig

si supiera que trabajar con Leonardo era caminar constantemente en una cuerda floja. Pero luego que

e la señora Claudia. Dice que necesit

o. Su mente comenzó a correr, calculando posibilidades. "¿

-preguntó, tratan

cabeza, asegurándo

a estar a las nueve en punto, y advertirle que

ario. Puede

ero de cristal que apenas usaba. Las nueve en punto. Claudia nunca dejaba nada al azar

miento inevitable. Entonces vio algo que había pasado por alto antes: un depósito reciente en una cuenta a nombre de Mónica Delgado. La cantidad era

laudia ya estaba pagando los servicios de

llegar a casa antes de las nueve. Si Claudia iba a mover sus piezas, él necesitaba est

scuro y desesperado que lo hizo estremecerse. "Si esto termina mal, no habrá

staba dispuesto a usar todas las armas

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