: Entre som
che, después
, se acercó a Jennifer mientras ella descansaba en el sofá, revisando algunos
ian, mientras se inclinaba hacia el
nudo en el estómago. Su mente aún estaba en el beso con Melisa, y eso la
con un tono que no era ta
escapaba. Normalmente, Jennifer respondía con más energía, con la mirada brillante y el tono suave que siempre lo había
brazo con más intensidad, tratando de re
ió a centrarse en la confusión que la invadía. Damian notó el gesto, y
e nuevo, aunque sabía que sus pa
r en su pecho. ¿Había algo que no estaba viendo? ¿Algo que Jennifer no le estaba diciendo? Pensó en el beso de hace poco, en la manera en que ella parecía
jando que el cansancio lo envolviera. Su mente seguía dándole vueltas a la m
seguía atormentada por el beso de Melisa. A pesar de que sabía que había algo entre ellas, no podía dejar de pensar en lo qu
en su beso, se volvía cada vez más difícil de ignorar. Cerró los ojos, dejando que las imágenes de lo que había sucedido se mezclaran con sus pensamientos. En un
la hacía sentir más viva, pero también más confundida. Se sentía atrapada entre dos mundos, y el deseo de entender lo que realmente quería
lado, ajeno a todo lo que pasaba por su mente. Jennifer no podía evitar sentirse atrapada entre lo que sentía por él y lo
a paz sería efímera. La confusión, la tensión y los deseos que la recorrían seguía
tenía el día libre. Mientras se alistaba, su mente seguía dándole vueltas al beso con Melisa, a la confusión qu
udó con una sonrisa, pero no pudo evitar notar que algo en su interior seguía revuelto. Las palabras de Melisa resonaban en su cabeza: "No
ifer estaba distraída, de
d, acercándose a ella mientras le acariciaba
ró, tratando d
ó, un poco distraída, sintiendo que sus pensa
su rostro. Notó algo extraño en la actitud de Jennifer, algo
reguntó con un tono serio,
sconder la incomodida
estoy cansa
er no estaba tan cercana como siempre. Algo había cambiado, y eso lo inquietaba profundamente. Se apartó un poco y, mien
, como si estuviera buscando una respuesta que no sabía si quería
nder. No quería darle más razones para sospechar,
s? -respondió, intenta
que pudiera hablar, ella levantó
-dijo rápidamente. - Estás sobrepens
go de los años, había aprendido a leer a Jennifer y a entender sus silencios, pero algo había c
poderó de ella. Sabía que lo que sentía por Melisa estaba creciendo, pero no sabía cómo manej
se quedó en casa, pensativo, sin saber si debía hablar co
tranquila y el aroma del café recién hecho llenaba el a
ento? -le preguntó con tono amigable, mi
asiento junto a él. Había una tensión en el aire, algo que
spondió Melisa, mirando
su café, le lanzó una pregunta que había e
ones de Melisa mientras hablaba-. ¿Tú también has notado que está diferente? ¿Crees que m
preocupaba mucho por su esposa, pero no esperaba que él estuviera tan preocupado.
istraída últimamente, pero no he visto nada que me haga pensar que te esté engañando. No
rar esa sensación de inseguridad que lo estaba invadiendo, y quería saber si Melis
Aunque trató de controlarse, no pudo evitar mostrar un atisb
ian quería respuestas, pero también comprendí
s estás sobrepensando las cosas. No lo sé, pero si tienes dudas, lo mejor es hablar con ella di
bía resuelto nada, pero al menos le dio un pequeño respiro. Sabía que tenía que hablar con J
ron pensando en sus respectivas conversaciones. Damian no podía evitar preguntarse si su relación con Jennifer estaba cambiando, y Melisa,