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vi
ame
hacía desearla más. Sus besos en mi cuello encendieron algo en mí. Me dejé llevar, acariciando su piel, sin
os en el momento. Habíamos tomado unas copas, tal vez más de las necesarias, pero no quería que eso arruinara lo que sentía en ese insta
, mi amor?
le. Su voz era diferente, como si algo la co
aire denso de la habitación. Mis manos buscaron su piel, pero cuando intenté quitarle la mascar
or- dijo con
aunque mi deseo era más
maginación distorsionada por el alcohol? Su cuerpo parecía más delgado, más frá
s palabras me rompieron cual
arecía diferente, ajeno. En medio de la oscuridad, me sumí en sus caricia
bos entendiéramos, mis labios buscaron los suyos, suaves y cálidos, algo en mí no se se
ló bajo m
?-Pregunté confundi
ó evitando mi mirada
mi voz cargada de deseó u
- Respondió con
n su piel, notando su textura, su fragilidad, como si estuviera más delgada del que lo
e, difuminado mis sentidos. Su voz sonaba distinta como u
de repente, una sombra de
o sin titubear - ¿Recuerdas cuando lo íbamos hacer
nfusión, quizá todo era product
emidos eran suaves como susurros que me invitaban a seguir. Mi
ar hasta la boda- Sugerí, queriend
gó con
. He esperado este m
taba más
caricia, cada movimiento, parecía teñido de una extraña dison
nder la luz, su rea
as la luz,
cariño. Te
o sintiendo el calor invadir nuestro interior, chupe sus pechos, me perdí en su cuerpo junto al mío, mientras la penetraba despacio, gem
ele.
ostumbres sentirás lo delicioso
pente mi cabeza me empezó a dar vueltas, le quité la mascarilla, pero ella t
por favor
verte- l
.. si
jam
erior con mas fuerza, mi cuerpo como si fuera manejado nueva
lpame
iono pero su voz
n y ella tapó su ros
entré de nuevo en ella, mordí su espalda
lla, derramé mi semen en su interior sin importar nada más, chupe su cuerpo como un loc
ado sintiendo que mi corazón palpitaba a t
o el lóbulo de su oreja. Prend
i mi cuerpo estaba siendo manejado por un control remoto, acaricie su parte ín
ordí su pecho bajé mis besos hasta su ombligo y volví a mordisquear, limpie su intimidad con las sábanas. Sabía que era sangre y mi semen derramad
che, y por un segundo, la claridad reveló algo que me dejó hel
unté, tratando de
- pidió, con un tono que
rcanía. Mi mente estaba nublada, y el alcohol no ayudaba a esclarecer nada. Seguimos juntos, nuestros cuerpos e
o desbocado y la respiración agitada, la sensación de extrañeza m
tapando su rostro con las manos y el cabello, pero ya era demasiado tarde. Mis ojos buscaron dese
nque una parte de mí no q
or que cualquier palabra, y en ese instante, supe
muró y yo sonre
osean. - Susurré y caí r