vi
r en mis pulmones. Giré la cabeza y ahí estaba Josean, desnuda, con su cabello desordenado y su rostro plácido. Me acerqué y besé su mejilla; so
alí rápidamente de la ducha, el corazón latiéndome con fuerza. Algo no cuadraba. Volví a la habitación y observé a Josean. Su cuerpo estaba ahí, perfecto como lo r
Josean, despierta- Ella murmuró algo y se acurrucó, todavía
stoy cansada... Déjame
ono que no ocultaba mi escepti
o. Único. No tienes idea. Me dejaste completa
iendo cómo la sangre me
mera
-señaló las sábanas c
a cama y regresé al baño. E
uré para mí mismo. Entonces sentí sus brazos rodear mi cintura. J
agas el amor otr
encajaba. La levanté y la presioné contra los azulejos, decidido a seguirle el juego, aunque mi mente seguía en otra parte. La penetré sin ceremonias, buscando respuestas en
e ella y apartándome mientras
preguntó, con un t
. Necesito dar
? Estás actua
stoy cansado.
sa: nada lograba calmar la tormenta de preguntas que me inundaba. Cuando salimos, se puso el mismo vestido de la no
scas? -p
másc
sa-. Fue un momento tan único, mi amor. Sabes, en
itártelo. - mencionó
lo de anoche y sobre tod
como una pieza de un rompecabezas incompleto
dulidad y tristeza-. Pero hoy es domingo. P
s que hacer
pués de lo que
lzura. Me giré hacia ella, intentando oc
o inolvidable. Per
ero esta noche
é. Prep
corazón latiendo descontrolado. Subí al coc
. Extorsiona al vigilante si es necesario. Busca al meser
uida,
ro debajo de ella había otra cosa: traición. Algo muy extraño había sucedido, y no descansaría hasta de
*
rabia que sentía en mi interior. Jamás me había sentido tan furioso, tan impotente. Apenas bajé, le arrojé las llaves al guardia de seguridad, sin mole
s, las lámparas. Una fotografía enmarcada de Josean llamó mi atención. La tomé en mis manos y me quedé observándola, mi pecho subiendo y bajando c
s. Pero más allá de la intuición, estaban los detalles: el cuerpo de esa mujer era distinto, delgado, curvilíneo, con un lunar en la espalda que nunca había visto. Y su fragancia... no era la de Josean. Incluso le deje chupetones a la mujer, porqué anoche sabia que las cosas no cuadraban, hasta ella me chupeteo eso
bos. ¿Por qué ocultar que no era pura? ¿Por qué esa farsa? Contratar a alguien para hacerse pasar por ell
, mi guardaespaldas de conf
e, L
a del hotel y efectivamente, la que entró a su habitación anoche fue ot
encio unos segu
esero? -
bebida. Era una droga leve, diseñada para distorsionar la perc
ás se
o más. Dice que fue un mensajero; reci
rmuré para mí mismo,
ujer? ¿Q
as del ascensor. Se quitó la másc
léfono. Abrí el archivo y amplié el rostro. No
. Averigua todo. Nombre, dirección, trabajo,
ñor. Lo
ión. Me iré de viaje estos días, y cuand
órdenes
elocidad. -¿Por qué?-¿Qué buscaba Josean con todo esto? ¿Tapar su mentira, hacerme creer q
esa mujer que fue tu cómplice. Cada una de ustedes pagará.- Me miré al espejo, mi reflejo devolviéndome una