NA JÁ
apoyando los antebrazos en la cama para mirar a Keyla, que me ayudaba a quitarme las bo
os zapatos, y ella siempre me ayudaba, sin importar si se lo pedía o no. «¿Soy demasiado consentida?» me pregunté, con una sonrisa culpable. Una vez que dejó las botas en el suelo, se recostó a mi lado, mirándome fijamente. Keyla había estado presente en gran p
que la traiga? -preguntó Keyla,
traiga -respondí con una sonrisa-. Haremos una pijamada como debe ser. Encár
dió Keyla, con una
tiendo una profunda
y llamar a Sarah. La puse en altavoz mientras me lavaba la cara, esperando
gresivamente Sarah
, oye -dije
s en visto y luego me ll
insoportable -me reí-. P
. Pero igual, ¿qué quieres?
-Me di la vuelta, mirándome en el e
ejaste botada en tu cama
ero mira, ¿qué te parece si te vienes? Hacemos pi
dejaste dormida, Ari
rtido, te lo prometo. Le digo a Matías
semana? Mmm... Está bien..
ue dirías que sí
es que me hacía gracia cómo se ponía tan intensa por cosas
s de rogar,
voy a alista
a ella para que supiera que ya iban por ella. El día fue demasiado largo, pero estaba emocionada porque mañana era el gran día. Solo esperaba que finalmente pudiera tener mi foto con Robyn. Me mordí los labios al verme al espejo, me enrojecí los labios de forma natural y me tomé una foto inmediatamente, con la leyenda: «El gran d
seda. Me eriza al tocar la piel, es mi favorito, aunque no siempre me gusta cómo se siente encima de mi piel. Me tumbé en la cama para acomodar la toalla de tal manera que no se mojaran las almohadas. Desbloqueé mi teléfono para revi
egar, ven que te ayudo a sec
mi publicación-. ¡Mira! Un montón de likes en esta últ
bo puras fotos profesionales, no fotos con cara de pato co
é, llevándome una mano al pech
demás, tú eres la fea -me
sí, a mí también me gustó cómo salí. Creo que a veces
ue con maquillaje te ves me
nsa! Ya, ayúda
Keyla continuó secándome el pelo, pero un silencio incómodo se instaló entre nosotras. Sentía su mirada, no sobre mi cabello, sino sobre mí,