tían serlo tanto. Tenía que decirle a Vittoria que se iba a casa con
no lo
o miraba fijamente como si h
et
rendió del moño francés que llevaba en la nuca. Le cayó sobre un ojo
ú ni tu jefe estaréis a salvo. Él se quedar
e esa desolación de espíritu no le gustaba y que no
Ni siquiera como un regalo erróneo
por la puerta, dejando que Di Cavall
Él se encargaría de abrir la puert
o sintió una oleada de sorpresa cuando se dio cuenta de que ella lo había fr
s que había traído esa tarde. Se encargaría
egro y siguió ese maldito autobús urb
uen humor cuan
bra muy desagradable se escapó de su
olencia. Solo que, si algo sabía de él, era que no la lastimaría físicamente. Inclu
ar el escalofrío de aprensió
isible a la izquierda del alto cuerpo de Carlo. Si tan solo pudiera entrar
e de distancia porque
ro su lenguaje corporal d
a huir de mí
endo no sentir las punzadas de dolor que t
minar. No
cerlo. No te preocup
ojos se abriero
asarme en el a
a explicar con gran detalle lo que le pudo haber sucedido, desde un demonio sexual que la ac
luchó contra las ná
u apartamento, eres un tonto", añadió
e las joyas están en Joyeros Cavalli, pero n
ecuencia". No se disculpó por su cini
econocía que tenía una vis
ecanismo de cierre temporizado», dijo con satisfacción. «Di Cavalli no
tilicen como peón para la
er razón, pero no estaba dispuesta a creer que el riesgo fuera tan g
ro en
nada de lo
. Lo había encontrado. Sacó la llave
e siempre la sorprendían, le quitó la llave. Fue como
ndo la puerta. Retrocediendo un paso, la hizo p
el umbral y luego
mel
ro, obligándola a retroceder o quedar en la p
o seguro, por
ura tan vieja y fácil de forzar como esa. El edificio entero era antiguo
sus padres y Di Cavalli no podía
dad y devuélveme la llave. Tengo hambre y estoy cansado.
ista en segurida
parente de toda la compañía cuando
o iba a pedir l
tiempo. Él echó a andar por el pasillo, con sus largas zanca
nte a su puerta, ell
s de su ruptura, incapaz de soportar los recue
os marrones os
egundos en una computadora y puedo encontrar la de casi cualquier
su padre sobre su breve av
o estaba emocionalmente preparada pa
tros "dijo Carlo, refle
nsación de inevitabilidad cómo él abría la puer