señora Mary y la señora Rebeca tenían gustos peculiares. Aun
escuela. Al final acepté. Me dijeron que no le dijera a nadie pero , me pagaban doscientos dólares semanales.
escuela. Le había colocado ese nombre a la casa de la señora Mary y la señora R
ue me moría por preguntarle que era lo que había pasado con mi cuerpo porqu
ijo la señora Mary sonriendo – vamos a ver si
do nos había quedado perfecto. Cuando me levante de la tierra y me sacudí me
o – dije mirándola y
ue te hace falta
cudí de nuevo – lo
viera analizando la situación - ¿Por qué no te das una duch
rece tan m
tendrás que dejar es
abíamos puesto la ropa en la lavadora. Me guió has
preparand
lo as
so es ya mucho que decir. La mirada de la señora Mary nunca dejo la
n cuerpo m
un poco
enes las curvas
mi sexo y se dio cuenta de qu
e sorpresas – señal
go muy personal es co
eo - m
bia y suspiré cuando hizo contacto con mi piel.
a Mary era brillante, era como si jamás
tu ropa ahora o neces
arlo – si quiere por fa
a mi. Con el champú en
ducharte
la esponja luego suavemente comenzó a l
a chica. Cerré mis ojos para disfrutar un poco más. Cuando pasó la es
go daño? -
ara como si t
es que de pronto mis pech
o una sonr
lado y ahora con su mano acariciando mis pecho.
me g
onja, pero mi brazo sal
vas a bañarme h
de que quieres
hasta mis muslos. Rozo mi sexo pero no se detu
? - dejo de
e te de
n dó
la puse encima
egura? - m
a mover su mano s
ué?- me
que me
- exclamó - ¿
ase
a mejo
sexo y comenzó a acariciarme. Eché mi cabeza
siente
ondí abriendo
había sentido antes. Con su otra mano comenzó a acariciar
arme y siguió lavánd
ue supiera que
res que
también tom
eñora Mary tenía un cuerpo muy hermoso para su edad. Se metió en la bañ
n firmes y redondeados. Luego echó mi cabello a un lado.
mi oreja. Estaba tan sumergida que mi
alguna vez? - me pr
suspiré
e ha tocad
con mi
unca he te
y importante. Tambi
exclamé – te
eres una b
uesto que no me gustó para
por la cintura – me gusta que sea
onuncié – me gu
a vez entrelacé sus manos
e las piernas
dulcemente
iciarlo. Sentía como mi vientre se contraía y no sabía si sexo estaba e
cerrar mis piernas pero al mismo tiempo
xo a mi trasero y aunque sabía que era algo un
ra el clítoris, no es que era para mi desconocida la palabra, e
iado aquel sensible lugar hasta el punto de h
lista – me dijo
mo flotando
iernas – me orde
s. Con una abrió mi sexo co
e tiene la bebé
e era insoportable. Moví l
favor,
amos a
ogué – necesito
nas un dedo dentro de mi sexo y con la otra
n – le decía y más
oído y me decía que yo era u
un mordisquito y una dulce lamida en mi oreja. Mi mundo explo
nía una Mommy y lo mejor de todo setecientos dólares en mi bolso y un t