a encontrar una salida. ¡Este hombre está loco! Las palabras que Dylan pronunciaba, con toda
resonaba suave pero firme, como si no viera
as diciendo cosas como matrimonio o citas. No conmigo, a quien acabas de conocer. -Cada
de que no soy yo quien es adecuada para él. De alguna manera, necesitaba convencerlo de que merecía a otra persona, alg
parecía incl
-preguntó, sus ojos clavados
ella tenía en su mente, el que había oído en rumores, era alguien frío, temido
usión-, y tu respuesta nunca cambió. Ahora que se trata de esto, ¿por qué siento que estás tratando de deshacer
oche de borrachera se estaba convirtiendo en algo mucho más complicado. Las palabras de Dylan sonaban como las de alguien que temía ser rechazado, com
asado. Incluso la promesa que había hecho en medio del alcohol
Si tan solo no se hubiera acercado a él esa noche, si
rcado, y ahora estaba aquí, enfrentan
e como una película difusa que poco a poco se iba aclarando. Sí, lo recordaba. Había estado en el bar, ahogando sus penas en la en
a forma distinta, casi etérea. Su rostro, a pesar de estar rodeado de personas borrachas y voces altas, parecía ajeno a todo. ¿Cómo podía
entras sus manos se deslizaban con desvergüenza por sus hombros-. Eres exquis
r algo dentro de ella. Su belleza era diferente a la de Andréi, su primer amor, aquel que había marcad
La bebida comenzaba a nublar sus pensamientos, pero no le importaba. -Si tan solo fueras
una manera, estar abrazada a este extraño era más reconfortante que todas las conversaciones vacías que había tenido
áneamente el dolor punzante que sentía en el pecho. Su cuerpo, cálido co
nte, su voz baja pero penetrant
arreras estaban derribadas por el alcohol. Y así, sin filtro, le contó todo sobre Andréi, su primer amor, y los seis largos años que había pasado amándolo e
mente no sabía nada de su amor, para así proteger su orgullo. Pero todo cambió cua
y que, desde el principio, había trazado una línea clara entre ellos. Camila no podía culparlo, pero eso no hacía el dolor
ad. Su voz era tranquila, pero había algo en sus palabras que la
ila quien pregu
que parecía esconder
a sinceridad que la dejó sin aliento-. Y quién sabe, tal vez alg
u dolor tan profundamente, sin conocerla? Pero en ese momento, esa persona parecí
aba todo. Ese hom