n en susurros, el "monstruo que finge ser humano". Los rumores lo seguían como una sombra oscura; algunos decían que con solo una mirada podía hacer que te sintieras insig
ender cómo no lo había reconocido antes. Dylan Reed, el hombre que había hecho de su vida en
incomodidad y el dolor que sentía en su cuerpo. Ese aroma hizo que sus pensamientos se nublaran, y entonces, lo comprendió. Ahora lo entendía. Por qué había ca
uró Dylan, inclinándose hacia ella pa
tensó, los nervios alertas mientras lo empujaba torpemente. No podía dejar que esto continuara, pero su resistencia parecí
ró preguntar, su voz tembl
os brillaban con una mezcla de satisfacción y diversión. El tono de
e enfrentarse a esos ojos que parecían desarmarla con solo mirarla. Necesitaba q
con la voz rota, sabiendo que no
xpresión cambió rápidamente, volviendo a es
uavidad-. Estuviste gimiendo hasta
recorría su cuerpo, por las marcas rojas que adornaban su piel como un recordatorio de lo que había pasado. Pero escuc
eradamente de la manta para cubrirse, tratando de oculta
con una suavidad que la hizo temblar. Un beso delicado, pero cargado de intención. Camila sintió que su
yendo dema
o que no esperaba ni sabía cómo manejar. Aunque, para ser sincera consigo misma, le costaba admitir
nsamientos comenzaban a desvanecerse, sustituidos por una sensación de placer que no debería estar allí.
ncontró respondiendo a su toque, dejándose llevar por el calor que ema
los estab
alidad, el toque de Dylan era suficiente para que se perdiera en esa niebla seductora que él sabía cómo crear. Por un momento, olvidó el dolor, olvidó la confusi
red, Camila ya no estaba ta
n una mezcla de pánico y confusión. Giró la cabeza hacia un lado
unció el ceño levemente antes de alejarse un poco. -Oh... Lo siento. Debe
nta. No era exactamente eso, el dolor no era el problema aquí. Le gusta, p
d, el hombre del que había intentado mantenerse alejada toda su vida universitaria, aho
comprobar si era verdad. -Inclinó la cabeza hacia un lado, estudiándola con esa mirada que la desarmaba cada vez más. Se alejó de ella, apretando la
anoche? ¿Qué hizo para que Dylan la viera de esa manera? No recordaba con clarid
guntó en un susurro, te
ra asunto suyo recordarlo por ella. -Me temo que tendrás que descubrirlo tú misma -dijo con
mpezó a decir, pero las palabras se desvanecieron cuando la realización la