s ventanales como un
ío entre las manos, pero su mente
ormando ríos efímeros, casi como los caminos que reco
itar pensar
os j
e vendrí
za a pieza. Cada regla, cada orden, c
era la
za a un lado y ence
ante unos segundos... hasta que
a rendición del alma, sobre cuerdas invisibles
fluían como r
sus pezones se endurecí
a sí misma..
trance, se levantó, aún con el
esión neutra, le entregó un pequeño sobre de cuero.
, una so
he... com
irma, no h
con fuerza, se dirigió a
do como una segunda piel, con un cierr
rojo sangre hasta los muslos
ejo, roja como el pecado,
ente, las luces eran más tenues
cargado de al
sin decir palabra y le
s escaleras que no h
o parecía apagarse
lo, dos puertas de madera ta
ente como siempre, con un tr
tensa, vestido de forma similar,
afiladas, vestida con un corsé negro y li
el pulso le golp
preciosa, rojamente deliciosa
r -susurró, ba
do,---- hoy no bajas la mirada, h
, Elena -dijo, tomando su
la, y tú, preciosa, jugarás con Odelia también.
ió, excitad
eseas,-----
ompartan, quiero sentirlos, quier
ian brillaron,
perversa, luz roja tenue, paredes tapizadas en t
da, en el techo, un espejo e
baó el cierre del vestido, liberan
jad
a miraban con d
nuda, Odelia se
aminos de fuego por
ente a ella y besó el
acer -ord
na se
hambre, con una dulzura que con
eó, gimiendo,
n un sillón, mira
lia, acariciándola mientras
mira el espejo. -dij
su cuerpo entregado, su rostro enrojecido,
Dorian se acercó, le ofreció su bo
Odelia y la l
ero verte encima de ella, quiero ver có
sobre Odelia, bajando con ans
ese manantial, y su l
ndose, apretando sus
ba entre los pliegues de Elena, hasta encontr
ra el sexo de Od
oca devorando, su espalda arqu
urbaba mientra
s eran
lamiéndola, quiero que gimas en
Kael, por el sabor de Odelia, por la imagen en
, temblando, gimiendo,
no
ercó y la to
arrodi
ó el r
toquen, solo yo te domino
deseo flota
entrel
s sati
ca, esa noche fue intensa, el placer e
ombres y una mujer, en su mente no había culpa, nose
prohibido, lo que las personas condenan pero ah