orres de los dioses muertos. No emitía sonidos sagrados ni ofrecía plegarias a viva voz
paso que daba la alejaba del mundo que conocía. No se oían susurros ni cánticos, solo el roce de pies
ca viva, negra como la noche sin luna. El aire estaba cargado. No solo de calor o va
al, Asha quedó inmóvil. No p
l, como ceniza que se hubiera depositado en forma de letras. Pequeños braseros flotaban en el aire, sin
movían como sombras. Lavaban los corredores, pulían la obsidiana
ra era peligrosa. La voz era un arma. Y el
s Custodios. La voz era ronca, co
tió, sin
abl
bajó los ojos y negó con la
dio rió apena
a más. M
7-K. Le asignaron tres tareas: mantener la limpieza de la Sala, reordenar los cilindros d
ptó en s
raba explicaciones de una muda. Su mutismo era como un velo invisible que la protegía
o que murmuraban. Cuando pasaba la mano por ciertas líneas, se activaban: recuer
voz de una mujer gritando el nombre de su hija. "Asha", dijo. La mism
estaba siendo llamada desd
indro contenía polvo de hueso y memoria sellada. Algunos llevaban etiquetas con símbo
cortada- le pasó un cilindro y le hizo una señal: no lo abras. Asha asint
hablaban. Se comunicaban con movimientos, miradas, respiraciones. Una de ellas le enseñó un di
os por pilares tallados con rostros sin boca. Allí se almacenaban los fragmentos sueltos: memo
ana para capturar las esencias flotantes que aún chisporroteaba como brasas fantasmales. Cada fragmento era g
sos fragmentos se agitó violentamente al ace
vesando la máscara. Entró por sus ojo
onces
dentro. No una persona, si
. Su sombra se multiplicaba. No hablaba, per
scucha. Recue
da, el cuerpo temblando. Sabía que, si gritaba, alguien vend
sco y volvió a su celda. Esa no
nquietantes: símbolos que solo aparecían bajo ciertas luces, ruidos
ulo con tres líneas dentro. Era el símbolo del Vínculo Antiguo. El mismo qu
rdar", dijo el anciano.
cuándo llegaban los Custodios de Alto Fuego. Sabía qué esclavas murmuraban nombres prohibidos a
ía restaurar la histo
no había sido una casualidad
staba esperando el momento exacto
la había
én la habí
ego, esperaba su m