de S
e una vez reservó para tratos que moldeaban el bajo mundo de la ciudad. Termina la llam
a cena -le dice
subir la gran escalinata, l
an rá
a de suficiencia jugando en sus labios. En
iunfante-. Los deslizó en una pila de papeles de a
éndose en polvo en mi pecho. Papeles de divorcio. Los había firmado. El
regodea, sus ojos brillando con malicia-. No pasar
n su rostro, y no siento... na
s -digo, mi
urecimiento de su mandíbula, en la forma en que su sonrisa se conviert
facciones, la pesada puerta principal se abre de n
n un instante. Me agarra la mano
qué! -grita, su voz ll
s me empu
tiginoso de candelabro y suelo mientras caigo por la gran escalinata. Aterrizo en un montón arrugado en la parte inf
e lanza por las escaleras, aterrizando artísticame
en la sangre que florece en mi vestido. Por una fracción de segundo, veo un d
zo escenificado de Isa
rándose el brazo como si estuvi
esvanece. La levanta en sus brazos, su ros
voz ahogada por la emoción. Sin una sola mir
a nova al rojo vivo dentro de mí. Una risa se escapa de mis labios, un sonido
mundo se v
spital estéril y blanca. Lorenzo
e con bata blanca entra-. Inform
undido, mirando de Lo
os registros, la señora Garza
mano se dispara, derribando deliberadamente el vaso de agua de la mesita de noche. Se h
vuelve bruscamente hac
a y letal-. Me mentiste, y luego intent
ampa! Los papeles del divorcio, la caída, ¡todo fue ella! ¡Revisa las grabacion
de duda, pequeño pero innegab
 
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