una ropa interior distinta de las bragas o los culottes. También es la primera vez que
ana tengo cita para h
ía olvidado. Y te la iba a hacer yo.... Si quieres la programa
o el día libre y, con lo tarde que es ya, seguramente no me va a a
iciera la citología sería otra oportunidad en la que intentarí
queño remordimiento, pues estás usando tus conocimientos de su pe
sientes más cómoda-dice él entregándote una sábana quirúrgica de gasa verde y
n realidad, nunca te has sentido más cómoda. Sigues analizando
etapiernas. Entretanto, Juan te mira embobado moviendo los ojos de tu vagina a tus pechos para,
o -dices señaland
e a la estantería a por el espéculo y el
n absoluto. Las tres ocasiones en las que tuviste sexo con Juan te hicieron pensar que sufrías de sequedad vaginal, por lo que tuvisteis
n, tomando tambié
avidad
impregnado de lubricante en tu interior. El lubricante está muy frío y tus sensaciones son cada vez más
muy suavemente. Está siguiendo el procedimiento correcto, pero sientes una gran sat
lo abre poco a poco para no hacerte daño, y toma la muestra con el bastoncillo. Al fin
oratorio el lunes... El martes estarán los
misma veré lo
con voz seductora
e introduce tres dedos en tu interior. Los mueve lentamente adent
mado. Pero ésta vez será diferente. Ésta vez no vas a dejar que solamente sea él quien dis
edos -Él se lleva los dedos a la bo
es- puedes volv
echos. El bulto de su pantalón se sitúa en tu entrepierna y sientes la urgente necesida
-sus
Jacqu
ate. Sé que qu
esperas en la misma posición: en la cam
s abdominales... Juan ha cambiado mucho desde que os licenciasteis, cualquier mujer se derretiría al ve
ntre tus piernas y vuelv
us pechos son
, pero ya n
hubiera
escote de otras mujeres. Todas las veces que ignoró deliberadamente tus intentos de seducirle... Acabas de recordar que hace tan sólo unos minutos has llegado a la conclusión de que la ra
ta de que he sido un tonto, no
d. Hace un minuto estabas dispuesta a tener sexo con él en esta m
n duro que incluso le debe doler. Te agachas para recoger el
un grito ahogado-
quiero volv
tus fuerzas- pero cuando me tenías no me dabas nada
ine, quiero d
obre la mesa. Separa tus piernas y tú te de
humedad y empieza a mover su cadera lentamente. Cada embestida
lo ahora? -preg
lo estoy dand
irmeza. Él trata de volver a penetrarte pero cierras las piernas y no s
llames
ejar así ¿verd
ómo? -p
queline -Toma tu mano y
ujas suavemente par
usividad sobre mí. Ya no te pertenez
í, creo que sí v
ueline, yo
an, pero seguro que tard