rne con el fin de obtener
Sim
conoció a Miguel en aquel bar, mientras t
sentado del lado izquierdo de la barra?–comentó Vir
ra y observa a aquel homb
na cerveza y señala hacia l
por cortesía
anta la mano para saludarlo
rarte, viste–i
me di
amila, mientras tiende su brazo sobre la cintura de ella, y le da un
pasar por el lado de aquel hombre, pues es en direc
por su lado, saca el teléfono intentando disimular
cias por aceptar el trago–comen
ra la puerta y respira profundamente, buscando calmarse. Ese hombre apuesto, el
a el maquillaje y regresa a la mesa. Cuando observa, se so
nta. Le enví
dónd
e molestó por una lla
pero por
u cerveza, a
en la espalda. Mira hacia la entrada y ve que c
la cuenta,
ara pagar. Oye la voz frente a
e pagar l
su levanta
ario. Yo ten
arte este brindis. Tus amigas se han ido y n
e razón. Ella apenas trabaja med
frecimiento. La verdad es que
i, por acept
l mesonero. Se sienta y
como irte
en 20 minutos
alir algo tomada a esperar un bus. Es viernes y
cho mucho con pagar la cuenta y tampo
mejor te
nvencida ante los argumentos
s Miguel. ¿Y tú,
Me lla
retira la silla de ella; sonríe y salen del bar. Él se acerc
evade la mirada de Miguel, se siente tan vu
do y su rostro brillar con la luz de los
s ¿dónde
tral. Edificio
entrada del edificio se despide con la mano. El permanece allí, esperando a que ella entre. Abr
Li
a vez. Te de
ero telefónico, claro si puede
evuelve. El se aproxima y despide con un beso en la mejilla. Ella
í como tampoco todas las c
guien. Ciertamente, sus dos relaciones anteriores habían estado cargadas de emocionalidad. Con Miguel, era diferente. Su cuerpo ansiaba
ianoche, mientras le escribía a Virgini
descanses, h
uviese frente a ella. Com
o. ¿Estaría realmente enamorada?¿Era esa sen
e Miguel. Al cuarto día él la invit
Virginia y Camila la ayudaron a escoger. Ella no era muy femenina, n
el cafetin del frente. No quería que él notara su ansiedad, ni pensara que
ró. Salió del cafetin. Arregló su ve
arla, haló la silla. Ella se sentó. Él sonrió y ella
ncillament
–contest
no? Casillero del diablo; es lo
tan bueno. Ella no conocía de vinos. Así que asintió cuan
inocencia y ella lo admiraba por su galantería y por aquell
o durante el trayecto a casa. Pero ella se s
entir su fuego y arder en la misma llama. Que esa noche, se vistió
de licor dulce. Lo bebió tan de prisa que sintió
bran
entro. Sus cuerpos no dudaron en deshacerse de la ropa, ni sus labios de recorrerlos.