ión, si ella fuera la directora de cocina, serían los almuerzos y las cenas muy
rás mañan
a, las otras son ambulatorias-luego de eso, estaré libre después de tres, claro que me gustaría que me digas
s una consulta - es por respeto-. Pero
de ellos. Mientras ella le contaba como había quemado su primer fallido pastel de moras, y el recor
la clínica, los médicos hacían los cambios de guardia, esa m
el siempre suele llegar a las siete- aunque estamos a
s puntual, además los exámenes que ordenó ayer todos están listos, los quería con urgencia, así que te los encargo extendió el sobre, dáselos perso
s? Quizás
nte- aseguró Lucia,
a encargada de tenerle todo listo para las cirugías, que se realizarían esa mañana, le envió un mensaje de texto, los colocó en una gaveta, aunque recordó
a allí a su lado cubierta con la manta, con suavidad colocó un cojín acomodando su cabeza con suma delicadeza, se encaminó al baño rápidamente, dándose una ducha, fue a su vesti
hila y busco en su interior un brillo de labios, el que se aplicó a precisión sin necesidad de espejo, de un pomito crema para el rostro, los primeros rayos del sol entraban en plenitud, esos días el clima era perfecto y exquis
uedado dormida de esa forma- ir
Ella probó la gran taza, exclamando lo delicioso que estaba
a así, decía Ani mientras
guarda tu bici en mi cocher
volando - tu debes estar muy ret
a mal, se puso en marcha rumbo a su casa, Juan Carlos se dirigió a la cochera y accionó el control para la apertura del garaje, encendiendo su aut
mente por el jardín, caminando por el costado sin hacer ruido, dejó su bicicleta y caminando con cuidado escuchó la voz de su abuela en la habitación, giró por el pasillo subiendo las escaleras sigilosamente, una vez en su habitación se despojó la ropa, tomó su bata, soltando su cabello lo desacomodo, dando la apariencia de estar recién levant
e relajó haciendo como una pequeña rutina de movimientos, bajando
-Uh que delicioso- s
do hoy un poco más-eso está
oger todo cuando cenamos en
gunos momentos que despertó para tomar
la y sus
e quedé dormida unas horas. Desperté sobresaltada a las siete, uste
ila, es uste
s anoche, lamento si
do-.no se pre
la al medio día, está rondando por la cocina, tomando los platos para hacerme una huelga por el almuerzo, jajaja, la abue, tiene sus cosas-. Tenía qu
sí que te pediré que estés a las cua
as tres, así que unos minutos
, eres
n, cerrando la verja. Ani fue a ver la abuela, veía televisión, tomo el jarrón y cambio las flores, acomodo la sala, los coj
blanca, papas a vapor, una crema de cebolla haría ensalada de lechuga y tomates frescos, se daría un paseo por la
pecitos en la puerta, abriendo la puerta le saludo, y se dirigi
mi- ¿Cómo te fue anoc
na muy talentosa- ¿Cómo estás? ¿Qué tal tu
r-es una verdadera lástima que Ani se haya quedado ahí, podría hacer algo más útil con su vida, estudiar alguna carrera profesional, claro que mi hermana después
dicarse a la abuela de tiempo completo como lo hacía no le daba el t
es una gran ventaja para ella, enorme, en fin tiene todo el tiempo del mundo solo tiene veinte y seis años, es joven, ahora está en que quiere ir a Italia, aun, no sé qué, curso de verano de cocina según ella, quiere graduarse de chef, imagínate, la pobre no asp