vantaban la vista cuando iban de paso. Ella le echó un vistazo al guardia que la seguía. Jordan había insistido en que no podía estar sola y al menos
ara de Jordan mientras era él quien suplicaba compasión. Ella lo despreciaba y a la vez se despreciaba a sí misma por ser tan ingenua como para enamorarse de él. Porque aunque Emira se lo negara hasta al mismísimo Dios ella estaba muy
ara satisfacerse sexualmente y era una epifanía para ella quien siem
los hombres de los Fox se trasladaban. Ella entró sin que nadie le pidier
nque sabía que no hacía nada malo porque estaba claro de que Jordan no follaba con ella sino que la castigaba hac
ientras dejaba un camino desordenado de la ropa que se q
s de la ciudad. Sus hombres se encontraban en sus lugares vigilando que no se trat
ro. La prensa había adorado la historia en la que una joven con la cabeza en fiestas y dis
mira, la pequeña aún no terminaba de desarrollarse y tenía terminante
ndación para niños abandonados Gift of Life. Según Eduard, Zairy era su regalo de vid
bre a su asistente Bella, una joven de dieciocho años que se veí
su camisa blanca abierta hasta donde le habían recomendado sus compañeras de trabajo. No era tonta y sabía lo que hacía el señor Fox con las empleadas a quien consideraba más agraciadas. Más que una falta de respeto, era un honor para ella. Su coleta larga se mecía a sus espald
ara a ella, sino por la ilusión que le creaba
y llevó el falo de su jefe a su boca despertandolo y haciéndole di
abello, deseó dormir una siesta y también sabía que cuando su esposo lle
legó pasadas las siete treinta de la noche encontró la habitación a oscuras, buscando el apagador
espalda desnuda. Apartó la cobija y saboreó en su boca lo apet
año y saliendo desnudo. Ella aún dormía y él no dudó en hun
ó con ganas y su pene se disparó. Las uñas se encajaban en su cuero cabelludo y
ón se agitaba. Jordan la penetraba con la lengua mientras sus dedos jugueteaban con su nudo de nervios.
e los pechos de manera alternada. Emira pedía a gritos más y él enloquecido de placer se lo daba. Ella cerró los ojos y se dejó llevar ol
ntras recuperaba el control, Emira sintió la descarga en
isueño, su boca se apoderaba del cuello
l la miró confundido- Deseé
ó su peso de ella y acostado de medio lado
toy estudiando la posibilidad de trasladar la materia prima desde Maloani hasta aquí reduciendo gastos- Eso lo tomó completa
?¿De qué
si vieras l
dó silencio- Tengo demasiada hambre, mejor vístete mi
con los dientes apretado