pensé irónica. Si pudiese poner los ojos en blanco s
se tornaron pelig
bajó la mirada sin entretenerse con mis senos-algo raro para mi- y miro mis costillas que ya se tornaban de un violeta intenso, siguió mirando y llego hasta todos los instrumentos usados hoy en mi, los cuales reposaban en una mesa blanca justo a mi lado, y no hizo mas que hacerme sentir completamente asquerosa y
cuarto. Revisaba algunos cajones y lo note un tanto ansioso. Pasaba su ma
éptico pero se dedico a frotar mis zonas adoloridas. No entendía sus gestos. El por qué era amable conmigo... No, eso era algo ridículo solo de ver, después d
lsillo- uno no lleva algo así tan cerca si no lo usara frecuentemente- y empezó a cortar la soga que sostenía mis pies. La sangre empezó a circular p
un detalle lindo el hecho de que, en todo momento, había evitado
ármela, un grito de dolor me sorpr
cho reír sino fuera porque mis costados estab
r aquellos bochornosos lagrimones fueron mas atrás. Odiaba sentirme débil. Esto se me pasaría con algo de alcohol y coca, pero desafortunadam
y, luego de dos pasos, me desvanecí. Lo ultimo que vi fueron aquellos ojos ardiend
---------------------------------------
que mierdas estaba pensando cuando se metió en esto, pero no soy su padre tampoco para decirle qué vida llevar. Aún así me hervía la san
idiota que el tío Will. Una mujer podía ser lo que le diera la jodida gana, pero esto? llegar a este
staba justo sobre mi, desnuda, desmayada y herida. Herida por mi querido primo y su padrastro. Mi cuerpo temblaba de la ira y el de la chica también estaba temblando, ac
co si la chica lo ensuciaba o no con la sangre que emanaba de s
as con un mensaje de t
. Uno en la mandíbula, de lado derecho y uno en la sien de lado izquierdo. Listo, no aguantó mas
gorilas que siguen a mi primo a todos lados, incluso dentro de la casa. Parecía más una cárcel que una mansión. Una mansión l
blanca y suave, combinaba bien con su excéntrico color de cabello, y por lo corto de su conversación, sabia que tenia tanta persona
s, sus jefes se la presentaron con ese apodo al viejo. Le qued
í las preguntas de mi chófer, mi
Xavier? Por
er, Lucas, ya
a si a ella le quedar
tar alejado de mi familia. A tardado un par de minutos en llegar pues al pedirle su asistencia con urgencia, salió diciendo
o, doctor, pe
cama. Gracias a que se había desmayado y no sentiría dolor alguno, tomé el atrevimiento de colocarle una vieja camiseta encima, además que antes de
alé un poco de él, por primera vez me sentía nervioso, había hecho cosas por aquella desconocida grosera que nun
uso a realizar su trabajo, pero cuando e
ocesaba todos los acontecimientos y despertaba en un lugar des
sieron mas nervioso aun de lo que ya estaba, sin razón aparente
. Me s
e congelaron y solo pude quedármela mirando por unos segundos como si fuese la primera vez que la miraba, sonaba tan segura de lo
Era terca, casi