r de ojos. Me encontraba en el paseo de entrada demasiado pronto, intentando prepararm
icamente no lo deseaba tanto. Supongo que tan solo estaba hu
al y sencilla. Dustin y Drew eran unos retrasados, cerebros totalmente inmaduros llenos de cerveza. No había usado un nuevo poder espel
la hipnótica belleza de la sangre de Heath y el arrebato de deseo que
d. Vale... Vale... Distraídamente, me toqué la frente. Había dejado de quemar, pero aún la sentía diferente. Tosí por enésima vez. De acuerdo. No pensaría en Heath, pero no podía se
tres años, aún no sentía como mi hogar. «Supéralo. Simplemente supéralo». Al menos mi hermana no habría llegado aún a casa. Ensayo de animadoras. Con un poco de suerte, el trol
ero de repente me di cuenta de que n
una sencilla oración a cualquier dios
itación y tiré el libro de geometría, el bolso y la mochila sobre la ca
para el alma de la mujer. Parecía tan normal, tanto como solía parecer. Salvo porque solía leer romances exótic
Ma
o levantó
con f
solía llamarla antes de que se ca
intuición materna que aún quedaba en algún lugar de su interior, pero los ojos
s palabras se congelaron en sus labios cuando
ué es lo que h
omenzó a dol
es algo que me ha ocurrido, no lo
si yo no hubiera dicho una sola p
e él desde hacía catorce años! Pero sabía que no serviría para nada y siempre la enloquecía cuando le recordaba
día o dos. Mantenerlo en secreto entre nosotras dos hasta que..
con maquillaje. -Sus labios hicieron una mueca extraña
streador me marcó. Tengo que mudarme a La Casa de la Noche o me pondré más y más enferma. -Y entonces moriré, intenté decir con los ojos. Ni siquiera podía decir las palabras-. Tan
oy a decir
z. ¿No era ella la madre? ¿No se suponía que ell
mos dos días en casa de Kayla porque tenemos
re. La preocupación se disipó y dio pas
s diciendo es que qu
Quiero que seas mi mamá. ¡Que me ayudes a hacer el equipaje y me acompañes a esta nueva escuela porque estoy asus
dejado de ser tu mad
ún más agotada q
lo suficiente como para darte cuenta. No te ha imp
estrecharo
as a él dejé aquel horrible trabajo en Dillards. Gracias a él no tenemos que preocuparnos por el
Era en este punto de nuestras no conversaciones cuando yo solía disculparme y volvía
o, pues claro que no! Los dos actúan como si fuesen felices y fingen que les gusta John y todo este rollo de familia de ensueño, así que tú les sonríes, rezas por ellos y les dejas hacer lo que sea. ¿Y yo? Crees que soy la mala porque no finjo, porque soy honesta. ¿Sabes qué? ¡Estoy tan harta de mi vida
e ahogu
«el problema». En lugar de caer en la tentación que sentía de sentarme en la cama y llorar, vacié la mochila de la porquería de la escuela. ¿Para qué lo necesitaba a donde iba? Prob
hubiera hecho o no, no podía
necesitaba l
de color celeste brillante, porque todo ese negro iba a deprimirme más con toda probabilidad, así que también la incluí. Luego llené la bolsa lateral de sujetadores, tangas y cosas de maquillaje y para el pelo. Estuve a punt
i puerta y aquella voz
ación me convulsioné con un
y yo tenemos que
claro que no se
é a Oti
iré los hombros, tosí otra vez