chae
etó los hombros m
poco para que se ponga el sol
poco más. Quiero
lor del día se disipaba rápidamente-. Dijiste algo de que el agua se volvía d
o ese condenado perro tuyo? -Michae
y ella había respondido con más pasión de la que había experimentado nunca. Michael reparó en su mirada de deseo
queño. ¿Dónde estás? ¡
oles. Clare sonrió al ver que el animal salía del bosqu
i ya hemos terminado de comportarn
a. Hunter es un
stico, nena. Y tengo el presentimiento de que será cada vez mejor -se puso en pie y tiró d
la camisa, Después, Clare se puso rápidamen
la cual se divisaba con claridad la tumultuosa cascada. La húmeda neblina borboteaba en el aire y se aposentaba l
a y después el agua de la cascada se volvían de un
cia delante, sujetándose con
riosidad, sorprendid
visto cient
ano -él no la miró. Su atención estaba fija en la cascada-. Ahí está
frío en la espalda al
as razón -musit
e un guerrero h
a dorada se tornó poco a poco anaranjada y luego de un profundo rojo escarlata. El efecto óptico duró apenas un momento, y el sol desapareció tras la
? -preguntó con e
rio -dijo Clare
se rio s
detrás de la cascada? No se ve por culpa del agua, pe
a cu
de la Pr
recoger los restos de
an así? La Prisio
manta y comenzó a bajar por el empinado sendero que
leyend
ó la c
iempre juraron que no tenía nada que ver con su tribu. Decían que otra raza habitó estas
nda data de
xa
rse a su paso. De pronto, estaba ansiosa
aban esta zona tenían la costumbre de conseguir a sus e
ípica banda
más poderosos del clan decidió que merecía lo mejor de lo mejor. Quería una mujer que le diera un hijo fuerte. Buscó por cielo y tierra hasta que hizo su elección. Luego, un
na gracia que la raptara y la a
cuenta bajo ningún concepto. Pero, en su caso, su flamante esposo no podía pasar por alto su opinión, pues ella procedía de un clan muy
ertos métodos de control de la natalidad, y se las
de la historia antes
runció
un fin
riño, y aprenderás que la tozudez de
erreros machistas, pero
caso omiso a
erzos nocturnos no daban fruto, comprendió por fin que su esposa estaba sab
se e
cuando eso tampoco funcionó, decidió que su esposa entraría en razón
mucho los oj
la cueva de la qu
el as
quivar a Hunter, que bajaba dando brincos por la ladera de la colina, delante de él-.
ntame el resto de la historia -orde
cueva y le dijo que solo saldría
hor
l guerrero iba a verla. Le llevaba comida, le hací
que la violaba
ueó las cej
e un tiempo, también se negó a comer la comida que él le llevaba. Mientras tanto, no dejaba de cavilar inte
lzó la
tunidad d
fin había vencido su resistencia que, según parece, olvidó con qué clase de mujer estaba tratando. Y en su prisa por co
é oc
lo de caza y lo usó contra él cuando
violaba -concluyó Clare,
advirtió Michael-. Ya te he di
remió Clare, ansiosa por oír
gua de la cascada. Con su último aliento, maldijo a la mujer. Le dijo que su espíritu permane
ella logró salir de la
rero. Murió allí, y la leyenda dice que su espíritu sigue atrapado en la cueva. Al fi
ascada, intentando imaginar una caverna escondida tras la estruendosa muralla de
con historias sobre la Prisionera, que sigue esperando dentro de la caverna. Dicen que matará a cualq
dicen lo
extraño o inquietante en los alrededores de la Colonia Tovar, siempre hay a
con esa historia -dijo Clare, divertida, y luego hizo una pausa-.
una mirada i
qué c
abeza, consider
ras resistirte al desafío. Después de todo, eras el chico
ozó una son
cueva. Eddy Rivera iba a acompañarme. Pero huyó en cuanto cayó la noche y la cata
quedaste,
e falsa modestia-. Como tú has dicho, tenía
aste
e Michael se
da. La única vez que he pasado un miedo semejante fue la noche que Matthew se puso con cuarenta de fiebre y tuve qu
are. Tenía la impresión de haber visto a través de
l... -l
tendía al pie del salto de agua donde estaba apa
se acercaba al vehículo-. Ahí lo tienes, sentado en e
mente, sin detenerse a pensar. Hasta que Michael miró hacia atrás co
ntamente-. Yo te haré el amor
mucho carácter. -Clare subió al Jeep y empujó a Hunter al asiento de atrás. El perro
ánto tiempo se engañaría ella pensando que hacer el amor era ta
nocturnas? -preguntó Clare cuando
o. Gané mucho
estrecha calzada que se retorcí
d por esta carretera. Si uno perdiera el control del
poco traicionera es lo que da emoción a la carrera. Y además, por eso ganaba yo casi siempre. Nadi
es que no m
e comenzaban a poco más de un kilómetro y medio de aquí y acababan en la cascada. Si no había logrado librarme de mis rivales cu
ditos que los míos -murmuró Clare-. Pero no te molestes en
nzó una mirad
del acelerador del Jeep-.
lo cual era cierto. Michael conducía con una suave precisión que no dejaba de asombra
eso está hecho -dijo sonriéndole-. Est
so cómo puede cambiar un poco
ha sido el mejor q
a pasión. Se había lanzado a un torbellino y había sobre
regreso a casa de Clare. La lengua le colgaba entre los dientes y chorreaba baba sin parar. Cuando el
camisa-, puede que esto sea se
que le devolvió la mirada con ext
más astuto si se trata de demostrar cuánto me odia. Sabe que está perdiendo la b
volviendo
igo -subió los escalones del porche y abrió la p
e echó
ue tal vez te estés volviend
perros. A mí, en cambio, no sólo me gustan tus guisos, aunque tu
mi fascinante inteli
tener todo. Yo, cie
llas y tuvo la satisfacción de verlo doblarse exageradam
e resignada melancolía-. No debí dejar que me sedujeras esta tarde. Debí imaginar que, en cuanto supier
illas y le dio un lig
uién esta tarde? -
én sedujo a quién>>. Presta atención. Nosotros, los esc
endió la luz. Por lo menos, el encuentro sexual de aquella tarde había puesto a Michael
ha olvidado. ¿Cu
s evitan
tar e
preg
reguntas, teng
asillo. Miró hacia donde estaba él con curiosidad. Michael observaba la carta y el
u pregunta?
expresión de contento pa
-empujó la carta hacia
ntamente-. O para ser
siguió a
qué te
ar el leve tono de irritación de Michael.
untos mucho tiempo y somos amigos. Y segundo, porque quiere
abilidad, como hacías ante
e hacía para ganarse la vida y no sabía cuánto significaba su carrera para ella. Quizá, sencillam
dedicaba a abrir el vino y a mirar
nte abierta -dijo Clare clavando el
huga y la escudriñó co
a excedencia porque no te di
enció para que me tomara algún tiempo para pensar las c
hablado de ese
h,
s primeros párrafos de esa carta. Campo prácticamente
uso los pies sobre otra. Bebió un sorbo de v
imperio empresarial de Eyesstaf. Y ciertamente había ascendido con bastante rapidez mientras
e-. Adam nunca ha s
cio mientras Michae
cuenta de algo -d
e q
sé muy p
mirando su
has salido con la tuya, por fin em
establecer prioridades y, créeme, hacer el amor contigo era una
do armario a
ario equivocado y Hu
s le pasa aho
io donde guardo su comida
rró la puerta del armario-. Lo único que me impor
o de vino y lo obs
o te conoz
ó contra la encimera de azulejos y tomó
respir
cierto sentido, o no hab
sintió sa
n la lechuga-. ¿Te he dicho alguna vez qu
e no lo habí
a a pr
cocinar? -preguntó
y platos congelados, aunque tal vez hubiéramos vivido igual de felices con esas cosas. En los libros ap
o. ¿Tú querías ten
. Pero no tuve elección. Un buen día llegó Matthy y se acabó. Ya no había
ino. Deseaba que él quisiera saber cosas sobre su vida, pero no sobre aquel asunto en particular.
alguna razón, nunca apareció el hombr
Nu
Pensé que tal vez él fuera mi media naranja. Las cosas fueron muy bien durante un tiempo. Pero resultó que estaba c
e d
espués -dijo Clare secamente-. En cualquier caso, después de eso dejé de pensar en fundar una fam
has nada
tereses muy diversos. De todos modos, creo que no hubiera sido una buena madre -añadió intentando aligerar la atmósfera, repentinamente ten
a que soy un experto cualificado, me alegro muchísimo de estar retirado. Criar a un hijo es una
bastante mayor como para entender lo difícil que es. A los
ó con repentin
ida cuidadosamente ordenada, ¿
r su tono-. Da la impresión de que piensas que s
eños trozos un tomate
ente, tener un hijo lo
no tengo por qué preocuparme
or qué preocuparte. Pero tal vez haya ciertos cambi
mo c
erano. Como soy un hombre generoso, hasta es