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en cada pisada que daba. Intentaba evitar los charcos, pero la preocupación constante no
insistió él, apoyándose
importante en ese momento. Bella solo atinó a dejar la deplorable maleta en el suelo y cruzarse de b
Edward-. Dime qué sucedió, por q
sentía desesperada, no quería hacerle daño-. Me voy de este maldito pueblo, no qui
el corazón. Inspiró aire, llevando la tranquilidad necesaria a sus pulmones.
e decirme qué es lo que sucede contigo. -Ésta ve
ó mirarlo,
s que te dig
vas? -pregunt
es ésta sería la última vez. Intentaba s
me en este pueblo, no a tu lado. ¡Necesito crecer! Nací para ser actriz, para ser reconocida en este maldito mundo de
a ella le costó perdonárselo. No había querido d
ada y completa como lo era ella. Pero no lograba entenderlo, hace solo unos días habían hecho el amor por primera vez
hora? Cuand
fue nada -susurró ella, apretando
quedó estancada en el c
su bolsillo sacó un pequeño regalo. Un regalo de de
ue dártelo en algún
yeran delante del cobrizo, pues su e
aci
Por alguna extraña razón, sabía que ese sería su único lazo con
orgullo que tanto habían pisoteado, pero se di
cumplir tus necesidades.
amigos
da, solo... dos jóvenes que se aco
estino. Llegó a casa en unos minutos y no tardó en derrumbarse contra la alfombra. Ella se habí
lguien, pero lo sucedido hace unas horas no podía tolerarlo, ya no más. Edward jamás podría entenderlo, ni siquiera podía entenderla a ella
on la ayuda de un auxiliar. Cuando pagó el ticket hacia Nueva York, se sentó en el último asiento del lado izquierdo, mirando