img Los Demonios de Hades  /  Capítulo 4 Un juego sin reglas (Parte dos) | 8.89%
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Historia

Capítulo 4 Un juego sin reglas (Parte dos)

Palabras:2063    |    Actualizado en: 02/09/2022

es

l que acababa de caminar hacía una trampa, tentado por la carnada. Andrew ladeo la cabeza,

a contra la pared. Justo frente a nosotros había un grupo de personas que brindaban con champaña y hablaban animadamente, lo que hacía aquello todavía más excitante. La cabeza me daba vueltas como

té justo cuando sus ojos se posaron en mis temblorosos mu

olvió, su rostro estaba pegado al mío, nuestras narices casi se rozaban. Pensé que me besaría cua

rte que logró que unas cuantas gotas de s

ieres que me detenga? -Negué cuando sus dedos rozaron ligeramente el costado de mis muslos. -Exacto. -Ronroneo, su lengua se deslizo

o? -Mi voz se escuc

Dámelo todo y te daré todo lo que pidas. -Un suspiro escapó de

so... -Jadeaba an

urvaron en una

omo esas tormentas que rompen en las tarde

rdenar mis ideas. No estaba completamente segura de lo que me hablaba, ¿acaso le causaba placer el dolor de los demás? Era eso.

o era lo que me atraía hacia él de forma casi compulsiva. Aunque justo en ese momento me parecía di

labios, aun sentía el sabor ligera

del vestido, lo miré con los ojos abiertos, él

al camarero, que le hizo una señ

omé un largo trago para ahogar un gemido porque me encontré con la mirada de uno de los ocup

do. Apreté tanto el vaso que creí que estallaría

ita. -Sus dedos rasgaron co

y supliqué que no se

eron de dentro hacia afuera, acariciaron mis pliegues húmedos, reali

hacia nue

las piernas tanto como el vestido me lo permitía. Me tomé de la mesa, mo

sotros. -Lamento interrumpir. Soy Ben. -Le ext

evolviéndole el gesto con su man

go lo estaba disfrutando de tantas

así». Me mordí el labio inferior hasta ha

la nuca incómodo. -Estaba sola en medio de la gente, parecí

para apartarlo. No pude, penetro mi

ntras me estimulaba casi de forma furiosa al sen

era cerrar los ojos y echar la cabeza hacia atrás lanzando gemidos de placer. -Como sea, no quería interrumpir,

ación liberadora, que eclipsaba todo el resto. Me estremecí, temblando bajo su tacto. Las sacudidas fueron menguando lentamente hasta que solo quedó una sua

quiera era consiente de que los

ertido, con una sonr

ives allí. -No apartó la mano, continu

hablado o de qué. Solo sabía

que logré decir c

jeta en la mano. -Benjamín Hughes. ¿De i

errumpiendo. -Alzó la mano a modo de saludo antes de meterlas en los bolsillos de sus vaqueros. -Fue un gusto, espero e

r a Andrew furiosa, querí

completamente expuesta, como si estuviese desnuda fre

dientes c

a, demostré mi punto y creo que lo disfrutaste. -Me tomó del mentón. -No estás preparada para las ligas mayores. No soy el hombre que le

erior comenzó a temblarme descontrolad

ntarme y cruzar sobre sus pierna

so por salir. Atravesé el local repleto de gente intentando tomar ai

estaba cerca del guardarropa y t

marga. Debía de ser una put@ broma. -Lo que hice fue por tu bien, cuando veas esto en per

ellón. -Eres una mierd@, me humillaste. Nunca, nunca te lo voy a

ue no me siguiese. Busqué con la mirada la salida más próxima y vi la puerta de madera qu

rque estaba segura de que una vez que me marchase de allí nunca m

no me extrañaba en lo absoluto. Casi había alcanzado la salida qu

so. -¡Allesia, detente por favor! No quiero que

l. Tenía el rostro empapado, lo que era una s

gunté sin moverme de donde estaba. -¿Te

la mand

uerías jugar, ace

r y podía enojarme, tenía todo el derecho porque aun sin reglas, nunca mencionó que se trataba de

sino porque quería estar contigo. -Sacudí la cabeza, al darme cuenta de lo

a basado en una idea errónea formada en base a

fundido dando un paso hacia mí, yo di un

cabeza f

a mí, no a mi rostro o mi cuerpo. No sé, solo pensé que eras diferente. -Comencé a llorar

reció tan vulnerable que sin saber que era lo que estaba haciendo camin

clavaron e

queríamos lo mismo. Si sientes algo más, no puedo, debes irte, porque... -Levantó la mano para a

forma hizo que todo lo ocurrido se volviese difuso: la ra

os labios casi se tocaron y cerré los ojos, no quería encontrarme con

e me desmoronaba, ya sabía la respue

mo si lo que iba a decir le q

o siento. -Musito bajit

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Contenido

Capítulo 1 Prefacio Capítulo 2 Serás la que olvide por los dos Capítulo 3 Un juego sin reglas Capítulo 4 Un juego sin reglas (Parte dos) Capítulo 5 La noche que decidí partir Capítulo 6 No lo dejemos al azar Capítulo 7 Andrew, ya no existe
Capítulo 8 Muy cerca del inframundo
Capítulo 9 Tártaro
Capítulo 10 Las entrañas del Tártaro
Capítulo 11 Acorralados
Capítulo 12 Atrapada (Parte uno)
Capítulo 13 Atrapada (Parte dos)
Capítulo 14 Déjame Protegerte
Capítulo 15 Nunca fui el bueno
Capítulo 16 Hacia la boca del lobo
Capítulo 17 Caminos separados
Capítulo 18 Directo a la trampa
Capítulo 19 Furia Infernal
Capítulo 20 El rapto de Perséfone
Capítulo 21 Hades y Perséfone
Capítulo 22 La Bestia
Capítulo 23 Vender el alma
Capítulo 24 Jugando con fuego
Capítulo 25 Saltan chispas
Capítulo 26 Todos los demonios están aquí (parte uno)
Capítulo 27 Todos los demonios, están aquí (parte dos)
Capítulo 28 Incorrecto
Capítulo 29 Adentrándose en la oscuridad
Capítulo 30 El rescate
Capítulo 31 Sangre de mi sangre (Parte uno)
Capítulo 32 Sangre de mi sangre (Parte dos)
Capítulo 33 Déjame jugar contigo
Capítulo 34 La Tradición
Capítulo 35 El lobo y el cordero
Capítulo 36 La simetría del dolor y el placer
Capítulo 37 Soy tu amo
Capítulo 38 La oscuridad que te rodea (Parte uno)
Capítulo 39 Bajo tu piel
Capítulo 40 La oscuridad que te rodea (parte dos)
Capítulo 41 Tentar a un pecador
Capítulo 42 Castigo. Obediencia. Placer. ¿Amor
Capítulo 43 La última línea
Capítulo 44 Carne de Cañón
Capítulo 45 Bienvenido a casa...
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