ermosa con la que recién había hablado y también el dulce aroma de ese inolvidable perfume de flores. Eso pudo calmarlo y comenzó a caminar con cautela. Los latidos en su pecho
mujer, que tenía una tabla con broche,
soy H
a la oficina donde te
n ordenadas en filas, pegadas a la pared, y se ubicaban al frente de la oficina. Los cuatro se lo quedaron mirando, como si estuvieran juzgando si él podría ganar el trabajo. El ambiente era tenso y
o y en este momento nada más relevante que su entrevista. Había algo que todos comentaban: "La magnate es una mujer muy rica y poderosa", decían ellos y seguían hablando maravilla, como del cuidado qu
ención, que todavía no habían aparecido esas dos mujeres. Giró el cuello para ver si venían, pero no había rastro de la p
eciar tal belleza de paisaje. Se concentró en el hombre del elegante traje de color azul que estaba sentado detrás del escritorio de cristal. Sin duda, era una buena señal que hayan conce
preguntó aquel señ
mismas interrogantes, siempre había respuestas diferentes, y todas llenas de esperanza e ilusión por querer adueñarse del cargo de gerente de finanzas o, en términos generales, de cualquier p
. Soy Herm
o un rápido vistazo
bía a los que realizaban la entrevista. Hermes se sentó y aco
exámenes en la universidad», pensó Hermes. Apenas c
s. Tengo un hermano menor y mis padres todavía viven juntos y felices. Me gusta leer y también me gustan los deportes
é estás interesa
arte de su éxito en el futuro y quiero ayudarla a crecer mediante la gerencia de finanzas y así l
Era normal que muchos se equivocaran o titubearan al responder, producto de los nervios. Hermes, al ver tenido un inicio impecab
stador-, y dime, ¿por qué eres l
d al momento de expresar su respuesta y parecía que se había convertido en un diestro maestro de
as. El directo lo tendría en cuenta y que quedara pendiente a la llamada o al mensaje que le avisaba si había sido rechazado o si, por el contrario, había sido el afortunado. Respiró lento y profundo,
ho. Ya deberían
Dos amigas mías se han retrasado, pero es un hecho que ellas llegaran. Se la ha
s por eso. Aquí cada quien
ias,
o hizo, la secretaria del encargado
nzas? -preguntó el hombre, ante la duda de lo que
ermes Darner era el último, y
é amigas se refe
a secretaria, no había entendido l
a, puedes