ítu
Ramona, alí
derecho. Escucho una música en la habitación, pero no estoy dispuesto a
con Ricardo sentado en la cama donde antes lo había
ras que por delante es castaño, casi parecido a un rubio, pero que realmente no lo es. Bien, dejémoslo en que es un castaño cla
te y a él nunca le ha agradado el tema de hacer ejercicio. Yo sí lo hago, creo que esa es una de las ventajas
morena y puedo verificar que tiene algunas pintas en el
r toda la habitación del cielo hasta traspasar la otr
refrigerador pequeño, pocos vasos, platos y cucharas, y algun
do a dormir, literalmente ahí duermo todo el tiempo, se me hace ms
s, algunos analgésicos, lubricantes, condones, juguetes sexuales, y ot
gar bebiendo una botella de agua. Suelto un gas y dejo la botella en la nevera y me dirij
apartándolo de los otros, y asentí
Giro la cabeza hasta tomar con mi mano derecha
lientes vienen hoy, cosa que es obvia solo que voy buscando mejoría, preferencia y quien pague o q
vas a
frente, ruedo los ojos para quedarme mirando a
el universo. No me apetece bajar allá a la zona del bar. Hay veces que la jefa Ramona está d
nos cosas cochinas siempre en modo de broma -¿Por qué quieres que me vista?, ¿no te resistes con este c
tal. No es para nada extraño que hablemos así o que bromeemos entre nosotros. Ricardo es una persona
es no follas pero de todos modos, te guste o no, debes de pagarle a Ramona todos
quiero comer ⸺suelta con burla y yo dejo salir
recordando todos esos comentarios de mis clientes que d
ado? ⸺levanta una ceja
dólares aparte y lo veo con la intención de irse, pero evito que
Además de todo, a la jefa cuando no le pagan ella misma es
l vuelve a sentarse en donde estaba a la misma vez que me saca
o uno. No me gusta ponérmelos, me maltrata la polla cuando se me para y se
no caben en el armario. Tomo una que es liviana y de color negra, seguido
ra que me deje de arroparla con esa tela tan incomoda. Los bóxer y los sosten
egunta Ricardo, rodando los ojos. Segur
tengo que salir ya que en la calle si me voy sin ellos muchos chicos se me quedan mirando l
izo. Es un imbécil, nunca voy a dejar de recalcarlo pero es uno que me
los bolsillos, dejando los demás en la mesita de mi armar
antarse. Le extiendo la mano y caigo en su juego porque de forma desprevenida y veloz
rce de la risa. Sus carcajadas son bastante contagiosas
mon
eguro. No me da miedo nada de esto, aquí no es que somos muy unidos, pero sí nos respetamos y se sabe que si alguie
sin consentimiento del dueño de la habitación dinero y se dieron cuenta de que fue ella, le fue mal porque trabajó para
os diez pasos adelante la voz de Mónica, una de las mujeres qu
ite algo urgente porque con lo único que viste son con unos pantis. Sus pechos están al descubierto, n
o y le pregunto a la misma vez. M
o de los dos? -se ve en apuros y
-pide R
en su cara -Es que el hombre con el que estoy ha intentado abrir uno con los d
mi colega mientras qu
oto hasta donde tengo los paquetes de condones que nunca me faltan y vuelvo hasta don
etira dándome las gracias. Sigo caminando por el largo p
mi brazo derecho hasta rodear su cuello y que finalice
-me re
una follada
y empezamos a ba
da, llega hasta abrir más los ojos para que parezca más confuso -¿Entonces quiere
o que yo más tengo son clientes que quieren mi ri
he ganado hoy c
xclusivo y duradero, así que tuve que rechazar siete citas y aceptarla a
un poco más para cruzar la puerta de hierro y después el teló
lgo que siempre me ha dicho, aunque creo que esa regla de
ioso de vez en cuando, co
das, R
, así que ambos la deci
más de cinco pe
o idiota no puedo dejar de admitir que es un imbécil, pero uno que se ha ll
a cumplir los dieciocho, de todos modos, Ramona se dio cuenta y em pidió todas mis cosas reales y par
das, que viejos asquerosos me den nalgadas por el culo pensando que soy uno de esos que se prostituyen. Ahora sí lo hago,
e encuentran bebidas para verificar y sí lo son, pues a esta hora pocos vienen. Esto se enciende de esos de la siete hasta las cinco de la madrugada. Ya a las seis
? Tengo un humor terrible y lo únic
o caminar con los ojos puestos en unos billetes de dinero. Lo está contando y p
ientras Ricardo y yo la seguimos hasta la barra. La música por suerte no está t
nde y los toma con una velocidad que pareciera que es comid
mueve los dedos de la mano en
cabeza que su cara, la expresión que pone, no
é te pasa? ¿A parte de la menopausia te llegó la part
ca el dedo de en medio. Junta mis dólares con los
en la barra del bar, no sin antes quitar los v
do el fajo de billetes, pero alza la mirada y le pide a Ricardo que
niega, di
do me andas pidiendo favores.
ve, que estoy ocupada,
ntrar por la cortina y colocarse donde mismo está la jefa. Él busca el tequila, el
el hombre cree que con él y le hace una seña de qué pasa, Ric
neta es que yo para cobrar no me fallan los números, te lo juro que no, es
de más para que le puedas pagar si le debes. Y eso, que si te ve hasta con una moneda en la mano me la arrebata. Si no le pagas
s dedos temblando mientras cuenta? ¿A quién
hizo ese comentario burlón. Vuelve a pasar dólare
en los dólares y cuando la levanta puedo ver un brillo en
a ll
a ll
o preocuparme en
s narcotraficantes sacan a
e. Agarra los dólares, pero eso no evita que ella le dé un golpe y los estrell
temilla ese sobre el narco, he visto muchas series y cosas propias que me ha
hisme. Ella sigue en silencio sin decir nada por uno
r su dinero, ya sabes, yo se lo guardaba y ella me daba una comisión, y maldita sea, pensé, no sé, que se iba a morir, q
o que quiero reírme, aunque me atemoriza hacerlo, una risa en un momento inoportuno frent
ose también en la barra y echando los vasos que a
lo que le pase al viejón ese, pero es que se me va -comenta como si lo que dice es lo peor
no es formal y apropiada para lo que era su trabajo. Ella es una mujer joven, no tan vieja, de los treinta y
é tal está usted? -Ricardo le sonríe y le dice que está muy bien. Lula se acerca más hasta llegar a Ramona, miro a
darla porque empieza a sacar dól
s menos por decirme señor
na de que quiero hacerlo, sin embargo, la dueña y jefa me mira,
o, así que no creo que mienta -. Y créemelo, que a ti mismo te quiero s
se detiene, me imagino que así mismo se detuvo su corazón. Supo qué decir para continuar -Señorita, distinguida y hermosísima s
e que tiene un esposo que vive en un campillo lejos de la ciudad y que lo ay
cabeza para no reír. Veo por el rabillo de los ojos que le pasa los dólares completo, entregando los que
ndo como Lula toma el dinero y lo echa en su bolso -,
empo con nosotros y siempre ha estado con los delirios y enojos de Ramona. Se ha quedado
n su físico. Es un poco obesa, no mucho, y sí le dicen que es obesa te quita cien dólares.
no seas tan...
as me dice esas palabras -. No puedo darle más diner
costar diez dólares. Sí, para todo con Ramona es dinero. Una vez vio llorando
r de frente -, con solamente la pobre de Lula soportar
se de brazos y mirando a otro
rle algo, al me
lo que intentamos hacer. Tengo que estar seguro de que ella l
... -ruedo los ojos, de verdad que esta
-farfulla Ricardo,
-vuelvo a interveni
misma sabe que tolerarla no es fácil, y menos Lula que siempre estuvo para ella -Okey, te voy a dar cien dólares, pinche pendeja, pero escú
garganta. Ramona me mira, desafiante y yo me quedo en silencio. Le da el dinero a Lula y la segun
ión de correr, pero la det
poco lejos, justo l
consentimiento! -reclama, dándome con las palmas de sus mano
opl
ocio, el: Dame mis
silencio como p
bueno, pero no, e
pregunta
y pues las hace bastante barata -ruedo los ojos y me salto por la barra de bebidas, escuchando
*
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