ni
ido en ciertos momentos. De todo el tiempo en el que veníamos aquí y el corría, jamás había perdido contra nadie. Ni siquiera los mejo
me observó fue profunda y directa. No me llamaba la atención por lo guapo que era, sino que por lo bueno que era conduciendo. Eso despertó un lig
uería que llamáramos mucho la atención. Pero Sam no me escuchó, as
hablar ah
to fuerte, se cerraba y decía lo mismo. Pero, también, siempre que le insi
menos espera a
brazo con el de él. La multitud de gente quedó atrás, pues todos se acercaban a ver al nuevo ganador. Los gritos del hombre d
rlarte de lo que ha
urlar? Tú me conoces.
dejado romperle la
a que ya perdió. Además, yo vi la carrera y, por más que a mi amigo no le gustara, no creo que ese chico haya hecho trampa para gana
frente a toda esa gente. Se te quedaron viendo y quedaste como un mal perdedor, Sam
onmigo? ¡Él ha
o? ¿Qué te hace pensar eso? Dije
algo a mi auto o fue planeado con el organiza
mpoco era para tanto. Digo, sí que era importante por el dinero, y Sam hoy había perdido el dinero que apos
una complicación. Corriste rápido, muy, muy rápido, pero él te ganó. Listo. Fin de la hist
Danisa. Y me duele que
do. Y como me pongo de tu lado, te digo que lo olvides y no pienses
r el
í-. Eres multimillonario. ¿Por qué
s ojos,
r -admitió, contradi
arrillos, tomó uno, lo encendió en su boca y le dio una calada, cerrando los ojos, como si fumar lo
te hace menos increíble e
a no quiero
sp
caído. Me senté en sus piernas para hablar con él. El auto era espaci
que el otro chico le dio a cambio. Acarici
y tú no sabes lo que ellos pueden llegar a hacerte, así que no te arriesgues, ¿de
mis ojos y notó que mi pregunta tenía
ien -aceptó
spuesta bas
ejilla, siendo resgua
eno te
én. Aunque a veces eres
rrera perdida, me decía que Chase y Sam tendrían muchos problema
as diferencias